Decíamos en Hispanidad que la CAM presentó ante el Tribunal Supremo un recurso contra el real decreto de Bachillerato aprobado por la ministra de Educación, Pilar Alegría. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso consideraba que el texto tenía "una elevada carga ideológica" y había en él una "ausencia de contenidos esenciales". Ponía como ejemplo algunos términos que se repiten a lo largo de todas y cada una de las asignaturas, aunque no tengan relación directa con ellas, como sostenibilidad (que aparece 130 veces) y perspectiva o igualdad de género (que sale 54 veces).

Ponían además como ejemplo las asignaturas de Biología, Geología y Ciencias Ambientales, donde han contabilizado "una carencia de conocimientos mínimos correspondientes al 50% de los saberes básicos que deben desarrollarse". Al mismo tiempo, añadía Madrid, "hay un exceso de referencias a ideología que el Gobierno central considera más importantes".

Pues bien, el Tribunal Supremo ratifica así el plan de estudios de Bachillerato en la Comunidad de Madrid, desestimando este recurso interpuesto por la Comunidad contra los criterios de evaluación y contenidos en las materias.

La sentencia del Supremo sostiene que Madrid silenció la existencia de una norma autonómica y que tampoco documentó ni presentó pruebas, sino un reproche general a la norma estatal extrayendo ejemplos, pero sin asumir la responsabilidad de probar esos reproches y lanzando en cambio a la consideración de la Sala «toda esa masa de materias, con sus contenidos mínimos y criterios de evaluación».