Youtube -la cabeza más prominente de la hidra Google- impone la censura soviética sobre la vacunas Covid. Ojo, no sólo ha prohibido a conspiranoides, irresponsables, insolidarios y botellón-adictos. También censurará, como si fuera Kim Jong-un, a los no aplauden con el debido entusiasmo a las vacunas, aunque se trate de críticas provenientes de ámbitos científicos.

Era previsible: hemos llegado a tal extremo de chifladura que no se trata de que, en materia de vacunas, tan sólo se acepten argumentos científicos: se trata de que si el argumento no es de entusiasmo pro-vacuneril -insisto, entusiasta- entonces no es científico y hemos terminado.

Es como lo del verificador-censor Maldita.es, ese que está pagado por George Soros, acompañado por su alma general, el Newtral.es, de la familia de la periodista de La Sexta Ana Pastor (la única que hace periodismo en España), cuando aseguran, ambos, que les importa un pimiento que el francés Luc Montagnier sea Nobel de Medicina. Como plantea preguntas y sospechas sobre el Covid es un negacionista y un idiota y debe ser censurado.

Esto es, que Youtube (o sea, Google) ya no censura sólo a los negacionistas sino cualquier tipo de información sobre la vacuna que no resulte un apoyo entusiasta y un llamamiento a la vacuna obligatoria por la fuerza de las armas. Bueno, de los boletines oficiales del Estado de todo el mundo mundial. Ahora, incluido el Vaticano.

No me resisto a terminar esta crónica de Diario de Pandemia sin este meme -la verdad está en las memes- que circula por el ciberespacio, una muy gráfica distinción entre normales y conspiranoides: no se lo pierdan.

gente normal