Ya sé que la ley no acepta la petición de perdón sino el castigo para quien no cumple, por lo que, a lo mejor, lo que estoy pidiendo es el quebrantamiento de la norma. Ahora bien, en tiempos de Covid o postcovid, creo que no existe otra solución que adoptar el lema de un amigo cuyo nombre para no dar pistas a la autoridad, debe quedar en el anonimato. Su proposición de vida es la siguiente: más vale pedir perdón que pedir permiso.

Lo considero el mejor programa de vida para tiempos de Covid y postcovid. Aún quedan muchas liberaciones pendientes, así que animo a adelantarse a la norma. Por ejemplo, quitarse el bozal en interiores. 

Y es que con la histeria del coronavirus se ha impuesto aquello de que lo que no está expresamente permitido está prohibido. 

Y el cambio de actitud urge, porque corremos el riesgo de acostumbrando a la ausencia de libertad. Otros gobiernos van más deprisa que España, donde al Gobierno Sánchez le interesa mantener al personal aherrojado. Un pueblo libre no aceptaría la cantidad de barbaridades que lleva al BOE don Pedro Sánchez Pérez-Castejón