Este 19 de marzo, coincidiendo con la solemnidad de san José, la Iglesia celebra el Día del Seminario. El cardenal Osoro ha trasladado en una carta el empeño de la Iglesia española para que “se formen sacerdotes según el corazón de Jesucristo”, sacerdotes que afronten los retos del mundo y anuncien de manera creíble “la alegría del Evangelio”.

Y es que, como bien señala el purpurado, los seminarios tienen el reto de "lograr una plena madurez humana y espiritual" de los futuros sacerdotes en un mundo lleno de retos. "Formar sacerdotes para una época nueva", es el título que el cardenal ha usado para esta carta.

Hace unas semanas, la Subcomisión Episcopal para los Seminarios hacía públicos los datos del número de seminaristas que cursan estudios en los seminarios mayores diocesanos en el curso 2021-2022: 1.028; el número de ordenados: 125; y el número de nuevos ingresos: 218. 

Y como señalamos, las vocaciones seguían cayendo, la cifra de seminaristas es la más baja en los últimos 19 años. Hay diócesis y, sobre todo, congregaciones religiosas condenadas a la extinción. La Conferencia Episcopal contabiliza 16.960 sacerdotes y 37.286 religosas/os, números alarmantes, puesto que en el año 2010 eran 24.778 los sacerdotes contabilizados, el número de religiosas/os también cae, a finales del 2011 eran 50.337.​​

Faltan sacerdotes para administrar sacramentos y, en una religión sacramental, esto es muy grave. Corremos el riesgo de vivir como paganos. O peor, como alguien dijo; moriréis como perros, sin auxilios espirituales.