Empecemos por el final: hay que establecer un salario maternal: toda mujer que tenga un hijo, dede el embarazo hasta la independencia del retoño (18 años), debería recibir un salario que no debía ser inferior a la mitad del salario mínimo interprofesional (SMI). Sí, más o menos como el ingreso mínimo vital (IMV) para una persona sin hijos (ahora en los 450-600 euros).
Es urgente y necesario, porque el receptor del IMV no aporta nada a la sociedad pero la mujer aporta lo que la sociedad más necesita: hijos, y no estamos para derrocharlos en un país en el que el feminismo ha conseguido que la mujer no quiera ser madre, en el que nacen menos de 300.000 niños al año.
A lo que hay que sumar que no hay dinero para pagar las pensiones y esto sólo se soluciona con más niños en el mundo. Un salario maternal en esas condiciones saldría en España por 12.000 millones de euros anuales, es decir, sería muy caro. Aunque claro, es menos que un sólo pago de las 14 mensualidades que nos cuestan las pensiones contributivas, que ya superan los 13.000 millones de euros mensuales.
Y es de justicia, la maternidad es el verdadero factor de discriminación en el mundo laboral, el techo ya no de cristal, sino de cemento para una mujer-madre. Este Día de la Madre llega con un descenso acelerado de la natalidad y a un descenso aún más acelerado del sentido de la maternidad. Vivimos en una generación de mujeres que no quiere tener hijos, y en parte, se entiende. En materia de ayudas a la familia, España da vergüenza, y sí, una mujer no va a ser madre porque le den una subvención, pero es respeto y apoyo a la que decida serlo, es un cambio de mentalidad, en una sociedad en la que hemos abrazado que criticar a un niño o asegurar que te molesta, o directamente matarlo en el vientre, es un derecho.
Recordemos que en España se conceden 100 euros por niño desde el parto hasta los tres años, mientras la mujer no deja de criar, ser madre y cotizar a la Seguridad Social, al tiempo que aporta futuros trabajadores. Todo esto ocurre en la mayoría de casos previa contratación de otra mujer que es quien cuida a los niños, por la que también se aporta a la Seguridad Social. ¿No creen que el salario maternal es lo más justo? Y ojo, hasta los 18 años del bebé, porque como comentábamos este fin de semana, la que escribe estas líneas verá como una de sus hijas cumple dos años en un mes, queda un año más recibiendo los 100 euros, y todo apunta a que la niña seguirá comiendo, quizás el Gobierno no opina igual.