La pandemia trajo consigo numerosas restricciones de movilidad y aforos limitados, lo que hizo que los bautizos y matrimonios se vieran afectados, muchos fueron pospuestos y otros cancelados. Así, en España se celebraron 76.000 matrimonios menos, y la cifra se cerró en 90.670 matrimonios celebrados en el 2020. Pero la caída de los matrimonios religiosos es aún peor, puesto que supusieron apenas un tercio de los celebrados en 2019, oficiándose 12.679, es decir, solo un 13,98% del total.

Y si miramos las cifras de los bautizados la cosa asusta aún más: menos de un tercio de los nacidos en 2020, 100.222 bautizos de 341.315 nacidos, un 29,36%, fueron bautizados.

Estos datos han sido reflejados por la Conferencia Episcopal Española en su Memoria de Actividades 2020 presentada el miércoles 11 de mayo por la directora de la Oficina de Transparencia de la Iglesia, Ester Martín, y el secretario de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Argüello. 

Monseñor Argüello ha explicado que "el descenso que se aprecia tiene que ver con la pandemia, lo cual no quiere decir que sea el único motivo", y ha señalado que muchas personas "tomaron la decisión de aplazarlo para el año siguiente". Sin embargo, el secretario de la Conferencia Episcopal ha reconocido que aquella situación "no quita que si miramos la serie histórica veamos un proceso de secularización".

Además, en la Memoria de Actividades se han presentado otros datos de la actividad de la Iglesia. Se pusieron en marcha 680 nuevos proyectos para atender a las necesidades derivadas del Covid-19, acciones que se unía a la labor habitual. 

La Iglesia Católica podrá seguir ayudando a los que más lo necesitan, pues la asignación tributaria a su favor ha seguido aumentando. Un total de 297.680.216€ han asignado los contribuyentes a la Iglesia católica. Es la segunda cifra más alta desde el comienzo de la asignación tributaria. En 2020 los españoles colaboraron con la financiación de la Iglesia con 16.092.852,43€ más que el año anterior, lo que supone un incremento del 5,64%.

Un presupuesto que se multiplicó, según ha explicado Ester Marín, porque "la Iglesia devuelve a la sociedad el doble de lo que recibe, sólo en actividad asistencial". "La Iglesia genera un valor económico para la sociedad de 589,6 millones de euros, un presupuesto mayor que la tercera comunidad autónoma en el ránking de gastos de actividades asistenciales".

No obstante, conviene recordar que la asignación tributaria apenas supone el 30% de la recaudación total de la Iglesia que proviene, en su gran mayoría, de las limosnas de los fieles. Y es que el oro, el arte y las catedrales son para el culto, no para el disfrute de los curas. La realidad es que la Iglesia no es rica, es más pobre que las ratas...