Parece ser que dentro de esas "calles seguras" de Sánchez, no están las de municipios como Torre Pacheco (Murcia), donde fue agredido brutalmente Domingo, por un marroquí -que ya está en libertad- y por pura diversión o, las de Parla (Madrid), donde un grupo de magrebíes apalizaron a un anciano con parkinson, para robarle el móvil.
Domingo responde sobre la puesta en libertad de su agresor y espera, simplemente, "que no le toque a otro". El hombre ha lamentado la rapidez con la que su agresor ha sido puesto en libertad. «Sale muy barato pegarle una paliza a una persona, ¿no? Pues sí», ha declarado visiblemente afectado ante las cámaras. «Decían que era un año y en quince días está fuera, pues bueno, esperamos que no le toque a otro», ha añadido con resignación.
Mientras, en Parla, habla Esteban, un anciano con parkinson al que hace un mes un grupo de magrebíes propino una brutal paliza... para robarle el móvil. «Me quitaron el móvil enseguida», recuerda. «Luego intentaron sacar la billetera, pero apreté el brazo para evitarlo. Ahí se desató todo».
Recoge La Gaceta que el intento de proteger sus documentos personales -más que los escasos 20 euros que llevaba- enfureció a los asaltantes. Uno de ellos le golpeó con violencia en la sien, haciéndolo caer al suelo. Ya indefenso en el asfalto, recibió dos patadas directas a la cara. «Quedé medio inconsciente, pero aún intentaba cubrirme la cartera. Fue inútil».
Las lesiones fueron graves: mandíbula fracturada, pómulo roto, desviación del tabique nasal y una fisura en la frente. Desorientado y cubierto de sangre, Esteban consiguió pedir ayuda. Dos vecinos que se dirigían al trabajo lo asistieron y lo acompañaron de vuelta a su domicilio, donde su hija, al verlo en ese estado, se alarmó y lo trasladó de inmediato al centro de salud.
Esteban asegura que los tres asaltantes que lo atacaron eran jóvenes de unos 30 años y hablaban árabe. No pudo identificar sus rostros por el aturdimiento del primer golpe, pero lamenta no haber podido defenderse. «Sientes rabia, impotencia… y miedo. Porque ahora me cuesta hasta salir a la calle solo. Me da pánico encontrarme con algo parecido otra vez».
No es el único en su entorno que ha sido víctima de la violencia. «A un señor mayor le rompieron varias costillas, y a algunas mujeres mayores les han arrancado pendientes y collares en plena calle», denuncia, al igual que otros vecinos de Parla.












