Decíamos ayer... El Congreso del Opus Dei para adecuar sus estatutos al 'motu proprio' del Papa Francisco 'Ad Charisma tuendum' ya ha terminado y nada se ha dicho de sus conclusiones, por respeto al Papa. A él se lo han enviado y él tendrá que decidir. Tan sólo el prelado del Opus Dei, que no es Obispo ni va a serlo, Fernando Ocáriz, ha explicado a los miembros de la Prelatura que se trata de obedecer al Papa y mantener el espíritu del fundador, San Josemaría. Y el único problema es que resulta imposible conciliar ambas obediencias, por más de que el Motu Proprio hable de volver al carisma fundacional del Opus Dei. 

A ver, de lo que estamos hablando es de una desgraciada y desagradable batalla entre la Obra y la Compañía de Jesús, hoy en alza, tras la elección del jesuita Francisco como pontífice. Y esta guerra no es sino la reedición de la histórica pugna entre laicos y curas. 

Los novicios de los jesuitas en España  se cuentan con los dedos de una mano. La crisis no es tan profunda en el Opus Dei, pero las vocaciones están en clarísimo declive

Paréntesis: recuerden que nada hay más clerical que el cura progre. Y aunque Francisco hable de evitar el clericalismo, resulta que la Curia que le rodea, la curia vaticana, es cada vez más clerical. El clericalismo no sólo predica que la santidad sólo es para los curas sino algo mucho más prosaico: no soporta que un seglar imparta lecciones doctrinales a un consagrado. El jesuita medio, por ejemplo, lo que no soporta del seglar medio del Opus Dei es que un señor con corbata, esté más preparado que él en materias que considera 'suyas'.

Ahora bien, insisto en que el pulso entre la Obra y los Jesuitas, en tiempos de un papa jesuita, coincide con los tiempos de un Opus Dei que ha perdido vibración apostólica, vamos, que atraviesa una crisis considerable. Y esto no ayuda a elaborar los nuevos estatutos de la Obra... que resultan tan innecesarios como peligrosos.

Y aunque el Vaticano no cometa la torpeza inenarrable de rebajar a los laicos de la obra a una mera obra piadosa, lo haga o no lo haga, la renovación de la Prelatura, seguirá pendiente. Renovar significa, por supuesto, ser original, volver al origen, a San Josemaría.

La Obra sufre una depresión, los jesuitas una recesión profunda. Depresión es cuando tu vecino ha perdido el empleo, recesión es cuando lo has perdido tú

En el entretanto, hablamos de una batalla entre una Compañía de Jesús en crisis (en España se cuentan con los dedos de una mano los novicios) y una Obra que continúa sin dar las cifras de sus vocaciones, porque desde que empezara el siglo, esta cifra anda estancada o en disminución. Y recuerden lo que decía el mencionado San Josemaría: "¿Queréis ser más? Sed mejores".

Vamos, que la Obra sufre una crisis coyuntural y la Compañía de Jesús una crisis estructural. O como diría un economista cachondo: depresión es cuando tu vecino ha perdido el empleo, recesión es cuando lo has perdido tú.  

El Opus está en depresión, los jesuitas en recesión profunda. Pero, mira por dónde, a los jesuitas les ha dado por ver la paja en el ojo ajeno y atacan a la Obra.

Volviendo al congreso: no me gusta lo que oigo. El lenguaje que emite la dirección del Opus Dei es el de quien confunde obediencia con sumisión, el lenguaje de los pro 'Ad Charisma tuendum' es el de quien persigue la excelencia. A veces, incluso el de quien confunde justicia con venganza.