En Hispanidad hemos hablado de la caradura de los okupas, como el okupa que denunció a los propietarios de la vivienda porque lo único que quería era "vivir tranquilo", bueno, eso y quedarse sin pagar en una casa que no es suya. La jeta de los okupas es ya un rasgo común entre todos: recuerden que en verano los casos de okupación en casas con piscina o en primera línea de playa se disparan. 

Ahora Okdiario recoge el caso de una propietaria que ha pasado a ser okupa. Se trata de una ciudadana belga que era propietaria de una vivienda en Tenerife, la cual decidió vender. José y Rosario tomaron la decisión de comprar la casa, asumiendo la hipoteca y pagándole 50.000 euros a la propietaria. Esto fue hace más de tres años, en los que José y Rosario no han podido disfrutar de su nueva propiedad, porque la antigua dueña decidió continuar viviendo en el piso, pero como okupa. 

Cuando compraron la vivienda, la hasta entonces propietaria les dijo con una sonrisa "Ahora me quedo como okupa 10 años", lo que Rosario y José tomaron a broma. Pero la 'broma' se hizo realidad, y la vendedora se ha terminado convirtiendo en okupa, es más, ha llegado a acoger a un menor marroquí para alargar el proceso de desalojo. Recuerden que la presencia de menores en un piso okupado hace que se declare la famosa situación de vulnerabilidad. 

Por lo que José y Rosario se hacen cargo de la hipoteca, los suministros, el recibo de la comunidad y las derramas del edificio: "Tenemos en torno a 1.700 euros de gastos, ya que tenemos que pagar nuestro alquiler más su hipoteca y gastos, llevamos tres años y medio así". 

Los propietarios interpusieron una denuncia en 2020, se emitió la sentencia, pero a los pocos días la okupa interpuso recurso, por lo que tuvieron que esperar un año hasta que la Audiencia Provincial lo desestimara, aunque la okupa volvió a apelar. Por lo que el caso llegó al Tribunal Supremo, que falló a favor de José y Rosario, proponiendo fecha de lanzamiento el pasado marzo. La fecha fue suspendida por la huelga de los Letrados de la Administración de Justicia, por lo que los propietarios están pendientes de recibir una nueva fecha: "Esta señora tiene justicia gratuita por cobrar menos de 1.200 euros mensuales entonces reclama todo el rato y consigue que se retrase el desahucio".

Pero en este tiempo la okupa ha decidido utilizar a menores marroquíes para permanecer en la casa, tiene a un niño de seis años apadrinado, con el que según los vecinos las peleas son constantes. Además, el tasador pudo comprobar el estado lamentable en el que se encuentra la casa: "Parece que tiene diógenes, la casa está destrozada, llena de cajas y basura", asegura José a Okdiario. 

Debido a la situación en la que se encuentra la casa, José decidió denunciar ante la Fiscalía de Menores y los vecinos acudieron a los servicios sociales: "el niño no tiene una alimentación correcta, pasa tiempo solo y duerme en una especie de jaula". Según señala el medio, la okupa recibe dinero del estado para mantener al menor.