Decíamos en Hispanidad que Cataluña tiene un problema con la delincuencia importada: El 50,11% de los delincuentes encarcelados son de origen extranjero.

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Pues bien, ahora los alcaldes de Junts en el Maresme han respaldado al edil de Calella, Marc Buch, quien hace unos días pedía la expulsión inmediata de aquellos delincuentes multirreincidentes que sean inmigrantes en situación irregular, debido a la ola de delitos violentos que se vive en el municipio. "Si no han venido a integrarse y a trabajar como hace la mayoría de la población, no tienen cabida en nuestra casa", ha aseverado el alcalde. Según La Razón, Buch también reclama cambios legales para combatir la multirreincidencia y las ocupaciones, acabando así con la impunidad de quienes hacen del delito su forma de vida. Buch advierte que la situación que vive Calella se puede replicar en cualquier momento en cualquier lugar de la localidad.

Esto nos recuerda algo que hemos publicado en varias ocasiones en Hispanidad. En la década de los años ochenta del pasado siglo, con Pujol como presidente de Cataluña y cuando la inmigración comienza a crecer en España, en el Ministerio del Interior se empezaron a "repartir" las distintas nacionalidades inmigrantes que querían vivir en la península. 

Fue entonces cuando Pujol se negó a recibir hispanoamericanos. Esos eran españoles y nunca serían catalanizables. Prefirió musulmanes... y ahora tiene lo que pidió: catalanes minorizados y me temo que, en breve, monitorizados por islámicos. Pujol era del partido Convergència i Unió (CiU), que después se transformó en Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y más tarde en el PDeCAT,... y de este último se escindió precisamente Junts, pero todos son defensores del nacionalismo y el independentismo catalán. 

Recuerden que los dos factores principales para que un inmigrante se integre son: una misma religión y una misma lengua. Un español, aunque sea catalán, debería preferir un hispano antes que un musulmán.