El Mundo informa hoy de que hubo quien recopiló datos de los niños que tuvieron que seguir las clases por internet durante el confinamiento por la pandemia.

Una investigación internacional deja en evidencia una violación masiva de la intimidad y la privacidad de millones de esos niños en todo el mundo. El análisis de las aplicaciones y webs utilizadas para esas clases (llamadas EdTech) desvela que en la mayoría de los casos se obtuvieron secretamente datos de los menores que después se compartieron con empresas publicitarias o tecnológicas.

En marzo de 2020, muchos centros escolares cerraron sus puertas. En el curso 2021-2022 también fueron habituales los confinamientos temporales de clases y los cursos no presenciales. Padres y alumnos se vieron abocados a aceptar la plataforma online que les facilitaban los colegios como única vía para continuar las clases. A menudo, esas plataformas venían desarrolladas y recomendadas por las propias autoridades educativas, por lo que nadie desconfiaba del trato que se daría a su privacidad, recoge El Mundo.

A menudo, esas plataformas venían desarrolladas y recomendadas por las propias autoridades educativas, por lo que nadie desconfiaba del trato que se daría a su privacidad

La investigación EdTech Exposed es fruto del análisis técnico de 164 plataformas de educación online en 49 países, entre ellos España. Y los resultados son abrumadores: 146 de ellas (un 89%) recopilaron datos de los niños sin su conocimiento y los compartieron. Entre esos datos, dependiendo de los casos, estaban la ubicación, sus visitas a diferentes páginas web o su comportamiento fuera de las clases online. Incluso se activaron las cámaras y micrófonos de los dispositivos con fines diferentes a los de recibir clase.

La conclusión principal del análisis es que los datos de menores se han recopilado sin saberlo las familias afectadas y se han compartido con 199 empresas de publicidad online. «Los datos se recogieron en la mayoría de los casos de forma secreta y sin el consentimiento de los niños o de sus padres, recopilando datos sobre quiénes son, dónde están, qué hacen en el aula, quiénes son sus familiares y amigos y qué tipo de dispositivo pueden permitirse sus familias», dice el informe de la organización Human Rights Watch (HRW), que ha llevado a cabo esta investigación, en la que también ha colaborado un consorcio internacional de medios, recoge El Mundo.

Se sospecha que muchas de estas recolecciones de datos se han llevado a cabo a cambio de dinero, aunque se ignora cuál ha podido ser el precio de los datos

Sólo en España, cuatro aplicaciones promovidas por gobiernos de diferentes signos políticos se encuentran entre las que enviaron datos de menores a anunciantes. Se trata de una plataforma estatal del Ministerio de Educación, dos webs de la Generalitat de Cataluña y una de la Junta de Andalucía.

Se sospecha que muchas de estas recolecciones de datos se han llevado a cabo a cambio de dinero, aunque se ignora cuál ha podido ser el precio de los datos.

El análisis técnico de estas aplicaciones ha encontrado fragmentos de códigos capaces de enviar la información de los niños a estas empresas de publicidad, para que éstas envíen a su vez anuncios dirigidos específicamente a los menores. En otras ocasiones, estos productos compartían la ubicación de los dispositivos o rastreaban la navegación fuera de la aplicación educativa para conocer los intereses y preferencias de los estudiantes y así elaborar perfiles gracias a sus algoritmos, añade El Mundo.