El número de niños asesinados en el seno de su madre -lo que eufemísticamente se llama interrupción voluntaria del embarazo (IVE)- aumentó un 9% en 2022 respecto al año anterior, hasta los 98.316, aproximadamente la población de Lugo. Es decir, el aborto es una matanza, la mayor de la historia, que sólo en España se ha cobrado la vida de casi un millón de niños (956.768) en el seno de sus madres en la última década, según datos publicados el jueves por Sanidad.

Abortos

Y esos sólo son los abortos quirúrgicos, a los que habría que sumar los químicos, esto es, los provocados por las píldoras del día después, todas ellas potencialmente abortivas. De esas muertes, también silenciosas, no hay registros.

El aborto también es una gran mentira porque uno de los argumentos para despenalizarlo fue que el hacerlo los reduciría. Nada más lejos de la realidad.

Dato significativo: el 82,7% de los abortos se perpetraron en centros extrahospitalarios, el 75,2% de ellos privados. Sólo el 14,8% de los abortos se llevaron a cabo en hospitales y sólo el 7,3% de ellos eran públicos. ¿Por qué? Porque los médicos -la gran mayoría de ellos- se niegan a matar a niños antes de nacer, a pesar de los esfuerzos de Irene Montero -una de nuestras peores ciudadanas, o tal vez la peor- por eliminar la objeción de conciencia.

La parte más sangrienta del informe: 59.709 abortos fueron por dilatación y aspiración, es decir, descuartizar al bebé y extraer los trozos, con un aspirador, con el riesgo de aspirar también el útero

Si en 1985, cuando se aprobó la primera ley del aborto en España -ley de supuestos-, el motivo más numeroso, el gran coladero, era el peligro para salud física o psíquica de la madre, en 2022, tras la ley de plazos de 2010, el principal motivo para abortar es, sencillamente, “a petición de la mujer”, esgrimido en el 89,93% de los casos.

Para terminar, la parte más sangrienta del informe: 59.709 abortos fueron por dilatación y aspiración, es decir, descuartizar al bebé y extraer los trozos, con un aspirador, con el riesgo de aspirar también el útero. El segundo método más utilizado (26.388) fue la Mifepristona, un químico para inducir el parto que, aplicado en las primeras semanas del embarazo, provoca la muerte del feto con un 95% de eficacia, con el riesgo de provocar un sangrado abundante. La Prostaglandinas, método utilizado en 20.291 abortos en 2022, es similar al anterior, y el cuarto fue el de dilatación y evacuación (12.860 abortos), para el que se utilizan pinzas para retirar los restos del feto asesinado previamente.

Esto sucedió en España, en 2022: cada día, 270 niños no pudieron nacer porque fueron asesinados mientras gozaban, en el seno de sus madres. No tenían derecho, como tampoco lo tienen los abortados este año.