De los 1.451 millones de euros del beneficio del Banesto en 2006, 778 correspondieron a la venta de la inmobiliaria Urbis. Desde luego una buena operación, pero que tiene su secreto : el más beneficiado por la venta de Urbis ha sido el consejero delegado de la casa matriz, el Santander, don Alfredo Sáenz, el ejecutivo mejor pagado de España. Saénz compró acciones de Urbis cuando entró en Banesto para reflotarlo y ahora recoge las ganancias. Un buen ajuar, dado que acaba de contraer matrimonio con la catalana Asunción Valls.

Nada ilegal, porque Sáenz no necesitaba comunicarlo a la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV). De hecho, dejó de ser vicepresidente de Urbis justo cuando cedió la Presidencia de Banesto a Ana Patricia Botín. Eso sí, fue don Alfredo quien aguantó durante años la tentación de vender la inmobiliaria. Consideraba que valía mucho más de lo que señalaba el mercado y de lo que pujaban las ofertas. Y acertó de lleno. Eso sí, faltó a la palabra dada a su amigo Florentino Pérez, a quien le prometió, reiteradamente, que Urbis sería para ACS (ya tenía un acuerdo con Dragados). No lo cumplió pero tampoco había firmado ningún papel, y la fuerza de las palabras en los negocios es un fuerza einsteniana, es decir, relativa.