Sr. Director:

Por si a algún ingenuo le quedaba alguna duda, no se trata de que tengamos un ministro de Industria de lunes a viernes, y un gobernante catalán los fines de semana en la persona de José Montilla. No. Tenemos un catalán, que mira por Cataluña, los intereses catalanes, e intentando salvar su comisaría política madrileña lavando de vez en cuando los platos.

Primero fue la deportación del la CMT a Barcelona, donde los empleados tienen pánico a la vida en Barcelona, por sus hijos que deberán acogerse a los planes de normalización lingüística en los colegios. Presidencia catalana en la CNE. Estrangulamiento de la Comunidad a través de las Ondas, impidiendo la segunda cadena autonómica con trucos de colegiales. ¿O serán legales? Opas auspiciadas para el control de la energía, que sumado a lo anterior son opas con ondas para atizar a los españoles.

Ante la ingeniería financiera de bajos vuelos de subir impuestos para financiar la sanidad, se encuentra el de las gasolinas. Impuestos que gravan a los pobres, los llaman. Ahora el industrioso catalán sin consultar al tesorero Solbes, pedirá a los productores petrolíferos que reduzcan sus márgenes de beneficio, para que los ciudadanos reciban un menor impacto de las subidas del precio del petróleo. Lo que sube por un lado para sus planes al margen de los ciudadanos, que lo bajen las empresas para que los ciudadanos no se den cuenta. Es listo el catalán lobo en Madrid.

Me recuerda al que dice que no aumenta los impuestos a los ciudadanos, que él se lo aumenta a los bancos y a las eléctricas. Ingeniería financiera que siempre paga el que dice la Constitución, que es el pueblo soberano. Soberano en el papel.

Los beneficios de las empresas son como la energía, ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman. Si no te lo cobro directamente en la gasolina, te lo cobraré por entrar con el coche en la gasolinera. Puro marketing. ¿A quién pretenden engañar?

José Carlos Navarro Muñoz

carlosnava@terra.es