El presidente del Santander da orden de mimar a los dos grandes editores españoles: Polanco y Lara. Tanto el presidente de Prisa-Sogecable como el del SCH abordarán al mismo tiempo el proceso sucesión. De Pedro J., se encarga Ana Patricia

Mientras el presidente del BBVA, Francisco González, se ve obligado a multiplicar sus inversiones publicitarias y sus esfuerzos crediticios con los grandes editores, el su colega del Santander Central Hispano, Emilio Botín, ha dado orden de mimar a los que considera los dos grandes poderes editoriales del país: Jesús Polanco y José Manuel Lara. Además, su hija y presumible sucesora, Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto, se encarga de la tercera parte, que podría preocupar al cántabro : el periodista Pedro J. Ramírez.

La familia Botín ha mimado a los dos grande del oligopolio. En el caso de Lara, Botín presionó a Telefónica -y apoyó como accionista- al editor catalán para que diera el gran salto. César Alierta decidió que si el propio presidente del Gobierno, José María Aznar, y el hombre más rico del España, le indicaban una misma dirección, lo lógico es que fuera Lara quien comprara A-3 TV y Onda Cero, a buen precio. Y así fue. Lo que no se sabe es que el otro gran postor además de los alemanes de Bertelsman-, para hacerse con A-3 TV era Jaime Castellanos, presidente de Recoletos, socio televisivo de Pedro J. y por el que apostaba nada menos que Ana Patricia Botín. Sin embargo, meses después, Botín explicaba así a un amigo por qué se había decidido por Lara: gente en la que se puede confiar, un emporio editorial, amigo del Partido Popular pero también del catalanismo y por si fuera poco accionista destacado del Santander, un detalle que a veces se olvida. A día de hoy, la familia Lara es el segundo accionista no institucional de Santander, por detrás de los Botín.

Pero la alianza Polanco-Botín es aún más intensa. Los Botín y los March son las dos vacas sagradas en El País, la Ser y ahora, de la Cuatro. Jaime Botín es accionista de Prisa otro dato olvidado- y Ana Patricia se ha preocupado de llevar a Isabel Polanco, líder de Santillana, al Consejo de Banesto. Otra similitud que conviene reseñar, además de la de su origen cántabro : tanto Botín como Polanco consideran que pueden tener una heredera femenina: Ana Patricia e Isabel, recuperada ya de su reciente enfermedad. En el caso de Polanco, su hija Isabel es la favorita. Con ella ha vivido largo tiempo tras su última separación matrimonial. Y más similitudes: ambos próceres, el hombre más rico y el editor más poderoso, los dos españoles más influyentes, quieren retirarse al mismo tiempo y con la misma metodología. Ambos pretenden, en suma, que sus negocios continúen siendo familiares. Por decirlo de algún modo : a pesar de su inmenso poder actual, ni Alfredo Sáenz es el sucesor de Botín ni Juan Luis Cebrián es el sucesor de Jesús Polanco.

Es más, cuando Botín se libra de su número dos, Ángel Corcóstegui, Polanco comenta: Es lógico. Emilio tiene razón. Una cosa es que sea tu colaborador y otra su sucesor. Es como si yo le dejara PRISA a Juan Luis.

España se rige por un oligopolio informativo de media docena de grupos, pero la triple Alianza de Botín, Lara y Polanco es la más firme, además de una perversión del Sistema. Y esto porque se entiende que Lara es el editor de derechas, próximo al PP y Polanco el más próximo al PSOE. Lo de menos es que a Lara se le llame traidor en el Partido Popular o que Polanco no sea del PSOE, sino el PSOE de Polanco. Lo de más es que ambos editores saben perfectamente que hay intocables y que el primer intocable es Botíny ellos mismos: nunca se le ha oído a Polanco una crítica de Lara, mientras que se recuerdan elogios de Lara a Polanco. Y eso que no sólo compiten en el mundo mediático, sino también en el editorial. Pero es sabido que perro no come perro. Cada uno juega su papel y ambos se reparten el mercado con el patrocinio de D. Emilio.

En el caso de Polanco y Botín, además, ambos cuentan con el mismo abogado y asesor. Matías Cortés ¿Qué más se pude pedir?

Y un detalle: Mariano Rajoy, líder de la oposición, nunca terminará con la Gran Alianza: mantiene unas relaciones de sumisión con Polanco nunca jamás se permitirá enfrentarse a Botín, como no lo hizo Rodrigo Rato, otro amigo de Polanco, cuando se cuidó muy mucho de que la Fiscalía o la abogacía del Estado presionaran a Botín en el caso de las cesio de crédito. No se engañen: Polanco no tiene nada contra la actual cúpula del PP, y hasta está convencido de que Rajoy, el presunto adversario, es mucho más capaz que un Zapatero al que desprecia, Polanco sólo ha sentido verdadera irritación con José María Aznar, al que todavía hoy sigue llamado el señor López, el segundo apellido del expresidente del Gobierno.

Queda Pedro J. Ramírez, que si hubiera sido un personaje de la Trilogía de la Fundación, de Isaac Asimov, le habría tocado el papel de mutante indefinible. El presidente del Santander es intocable en El Mundo, bien lo sabe alguna de sus firmas más relevantes, por ejemplo, Jesús Cacho. Pero de Pedro J. se encarga Ana Patricia Botín, de la que es amigo personal. Eso sí, Pedro J. está un poco enfadado porque Ana Patricia no le ha hecho consejero de Banesto. Pero claro, tener Isabel Polanco y a Pedro José sentados en la misma mesa puede resultar muy fuerte hasta para los Botín.