Háganme caso: cuando oigan hablar de rigor tiemblen por la verdad. A base de sofismas, el rigor se ha convertido en la máscara de la realidad.

Chesterton explicaba mejor esta aparente contradicción: No pertenezco al tipo de hombre riguroso que prefiere expresar correctamente lo que no quiere decir antes que expresar incorrectamente lo que quiere decir. Me es del todo indiferente el término comparado con la significación. O como reza el viejo proverbio campesino: Dios nos dio la palabra para ocultar el pensamiento.

El arquetipo del nuevo sofista lo constituyen hoy los llamados portavoces, o directores de comunicación de partidos políticos, instituciones públicas, empresas y medios informativos (éstos últimos son los más mentirosos de todos, que ya se sabe que, en casa del herrero, cuchillo de palo).

Ejemplo: la información de ayer en Hispanidad sobre la fusión Cajamar-Caja Rural de Toledo, mejor, de las negociaciones para la absorción de la segunda por la primera.

En la información se proporcionaban datos bien concretos como la reunión, en Madrid, del presidente y director general de Cajamar con el presidente y el director general de la Caja Rural de Toledo.

Pues bien, apenas una hora después la Caja Rural de Toledo, niega la información. No hay acuerdo de fusión. Cajamar es más sutil, y lo que niega es el acuerdo de fusión. Claro, lo estaban negociando. Con esa simpleza con la que operan determinados medios, se reproduce la negativa y se deja por mentirosos a quienes ha dicho la verdad: Hispanidad.

Y todo eso, después de haber citado fechas, lugares, antecedentes y consecuencias de la negociación. Es igual, no había fusión. Por supuesto: si hay fusión ya lo anunciarán ellos y habrá desaparecido la exclusiva.

Y así, jugando muy rigurosamente con las palabras, mienten como bellacos.

La verdad es ésta: la Rural de Toledo negocia una fusión con Ciudad Real, entidad más pequeña pero más rentable. El equipo directivo de la Rural de Toledo pretendía sacar ventajas personales en la operación y la contraparte no estaba por la labor. Por tanto, se rompen las negociaciones y la Rural de Ciudad Real se fusiona con Albacete y Cuenca. Toledo, se apresura a acelerar la fusión (una absorción) con Cajamar, a espaldas del Gobierno de José María Barreda, el verso suelto de Zapatero que quiere una caja rural manchega, toda vez que perdió la Caja de ahorros de Castilla-La Mancha (CCM).

La consejera de Economía del Gobierno, María Luisa Araújo se da cuenta de que Toledo, la más grande y menos rentable de toda la Comunidad se está escaqueando con el único objetivo de lograr una salida honrosa para sus directivos y llama a capítulo a los presidentes de Toledo, Andrés Gómez Mora, y de Ciudad Real, Luis Díaz Zarco. Dicho de otra forma: Araújo se considera engañada por el presidente de la Caja Rural de Toledo, señor Gómez Mora, y convoca una reunión a los presidentes de ambas cajas rurales.

En resumen, sí hubo negociaciones de fusión entre Cajamar y Caja Rural de Toledo, a instancias de ésta última. Al descubrirse el pastel, el Gobierno Barreda se sube por las paredes y llama a capítulo a los directivos de Toledo, que no podrán negar haber venido a Madrid a la sede de Cajamar para negociar una fusión. Es decir que Barreda sí ha creído la información de Hispanidad aunque los DIRCOM de ambas cajas digan lo contrario. Los de Toledo, negando hasta su nombre; los de Cajamar, jugando con las palabras negociación y acuerdo. Por cierto, les anticipo que el miércoles 15 al presidente de Cajamar ya le gusta menos la absorción que el viernes 10, tras la reunión con Gómez Mora, ya le gustaba aún menos que el jueves 9.

Y es que todos somos muy rigurosos: no ha habido acuerdo de fusión. Ciertamente, se intentó pero no lo hubo. Entre otras cosas, porque se descubrió el pastel.

Todo muy riguroso y todo muy mentiroso.

Es sólo un ejemplo: les aseguro que hay muchos más cada día, todos los días. En ocasiones,  más de las que me gustaría (me gustaría que no fuera ninguna) Hispanidad mete la pata. En esta ocasión ha dicho la verdad. Los que la han metido son la Rural de Toledo y Cajamar. Pero, eso sí, lo han hecho con mucho rigor, jugando con las palabras.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com