Es la primera, pero no tardarán en llegar otras. El Libro Blanco de la Energía, obra de un equipo dirigido por el profesor Ignacio Pérez Arriaga, no gusta en Iberdrola, hasta ahora la compañía más próxima a los planteamientos del Gobierno y del protocolo Kyoto. En su respuesta al Ministerio, Iberdrola habla de liberalización (de ausencia de), pero también del concepto clave del Libro Blanco, que no es otra que la reducción del poder de mercado de Endesa e Iberdrola, en nombre de la libre competencia, pero que repercute muy negativamente sobre los dos mayores inversores en energía. No, a Iberdrola no le gusta el Libro Blanco, y a Endesa tampoco. Con cierta coña, la empresa que preside Iñigo de Oriol agradece al Ministerio de Industria que haya remitido el libro a la Comisión Nacional de la Energía, quizás en la esperanza de que este organismo termine por liquidar una obra tan sesudamente elaborada.