El candidato socialista a las elecciones europeas, Josep Borrell, no dará la batalla para la mención expresa de las raíces cristianas de Europa. Borrell quiere construir una Europa laica, donde reine el pluralismo intelectual y donde, por otra parte, decrece la práctica religiosa y surge un auge de la práctica del Islam.

 

Borrell quiere unir el "club cristiano" a las duras declaraciones de Giscard d´Estaing en las que afirmó que la entrada de Turquía sería el fin de la Unión Europea. En su opinión, incorporar el cristianismo en la Constitución europea supondría reafirmar la tesis del choque de civilizaciones. El candidato socialista no hizo mención alguna a la demanda de más de un millón de ciudadanos europeos de que esa referencia explícita exista en el movimiento ciudadano paneuropeo más importante de la historia.

 

Sí mencionó, en cambio, cómo el proyecto de 27 de mayo de 1954 de construir un ejército europeo al amparo de la OTAN fracasó por la distancia de los ciudadanos respecto a la decisión de los políticos. "Estaba demasiado cercana la II Guerra Mundial", señaló. ¿Y no está demasiado cercana la visita del Papa a España, por ejemplo?

 

Por otra parte, la postura de Borrell respecto a Turquía parece ser más bien crítica: "Turquía es una demografía exultante, una agricultura inmensa, un Gobierno inestable, un riesgo de fundamentalismo, unas fronteras complicadas y un socio importante de los Estados Unidos". ¿A qué venía entonces la demonización de Giscard d´Estaing, que, por cierto, es agnóstico?