• El presidente de la CEOE lamenta el fin del proyecto, pero considera que "no podemos poner patas arriba toda la legislación española". 
  • El magnate estadounidense exigía toda una serie de condiciones para instalar Eurovegas en Alcorcón que han sino inasumibles para el Gobierno. 
  • Las indemnizaciones con carácter retroactivo en el caso de cambiar la normativa fueron la gota que colmó el vaso para rechazar el proyecto.
  • Entre las exigencias, también estaba la cesión de terrenos: 5,8 millones de metros cuadrados por su cara bonita.
  • El macrocomplejo debía de estar perfectamente conectado y las Administraciones asumirían el coste de la creación de infraestructuras (Metro, AVE e incluso aeródromo).
  • Además pedía modificaciones fiscales y un régimen laboral especial.
  • El millonario norteamericano quería asegurarse el monopolio del mercado y que el Gobierno asumiera las pérdidas en caso de que Eurovegas fuera deficitario.
  • A esto se sumaba la libertad total de horarios y el permiso para poder fumar en el interior de los casinos y hoteles.

El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell, ha comentado este lunes que lamenta la marcha de Las Vegas Sands de España, pero ha asegurado que "cuando te estrujan tanto hay que saber decir que no". El millonario estadounidense quería un Eurovegas bueno, bonito y barato, gracias a un buen número de exigencias. En relación a las cuales, Rosell ha puntualizado que "no podemos poner patas arriba toda la legislación española". 

Los innumerables deseos del señor Sheldon Adelson (en la imagen) quedaron al descubierto este fin de semana, cuando el periódico ABC filtró las condiciones imposibles que puso el magnate judío para instalar su macrocomplejo de juego y ocio, Eurovegas, en Alcorcón (Madrid). Una larga lista de exigencias que provocó que el pasado viernes el Gobierno de Mariano Rajoy rechazara este proyecto, y con ello, le dejara al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, sin el que consideraba el punto estrella de su legislatura. Este barón del Partido Popular (PP) comentó al hilo de esto que era "una mala noticia", "lamentable para todos", pero no discutió la decisión del Ejecutivo central, sino que hizo referencia a que las últimas exigencias eran absolutamente inadmisibles.

Todo apunta a que las indemnizaciones con carácter retroactivo que solicitó Adelson en el caso de que se dieran cambios en la normativa fue la gota que colmó el vaso y la causante de que Rajoy cerrara la puerta en las narices a su anunciada inversión. La cual, en realidad, no era tan elevada como nos hizo creer, sino una especie de ilusión, ya que nuestras administraciones debían invertir mucho más que el magnate, o ¿quizá deberíamos empezar a llamarle mangante

Pero hablemos de sus innumerables peticiones porque más de una nos va a sorprender. La empresa Las Vegas Sands pidió la cesión de los terrenos, donde construiría el macrocomplejo de Eurovegas. Nada más y nada menos que 5,8 millones de metros cuadrados en Alcorcón, que pertenecen a propietarios privados, con los que se tenía que negociar el coste. Es decir, que Mr. Adelson quería el terreno gratis y por su cara bonita.

Pero además Eurovegas tenía que estar perfectamente conectado y por ello, las Administraciones tendrían que afrontar el coste de la creación de las infraestructuras necesarias. Entre ellas, la llegada hasta allí de la red de Metro y la creación de una estación de AVE, e incluso un posible nuevo aeródromo en la localidad de El Álamo, que provocaría el cierre del de Cuatro Vientos.

Sin embargo la lista no acaba aquí, el caprichoso magnate norteamericano exigía ciertas modificaciones fiscales, entre las que destacan la exención del pago de bastantes impuestos, como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) durante una década. Pero a esto se suma una petición aún más escandalosa y que atenta contra los derechos humanos, ya que Adelson pretendía poder aplicar un régimen laboral especial y cambiar aspectos de la Ley de Extranjería, para poder traer a trabajadores de otros países, aplicándoles las condiciones laborales de sus países de origen. En definitiva que quería mano de obra barata, debe ser que su promesa de ofrecer 200.000 puestos de trabajo no era tan real como la gente pensaba.

Este supuesto salvador económico solo buscaba su propio beneficio e incrementar su fortuna a costa de la inocencia, la buena fe y la confianza ciega que la mayoría de los españoles habían puesto en él. Esto se comprueba con otra de sus peticiones, ya que su promotora pidió al Gobierno que estableciera restricciones para otros operadores que quisieran entrar en el sector, de manera que se aseguraba el monopolio del mercado. Pero no solo eso, sino que, en el caso de que Eurovegas fuera deficitario, el Gobierno debía asumir todas las pérdidas.

Este macrocomplejo de ocio y juego tendría además otras ventajas en comparación con otros establecimientos similares, ya que dispondría de libertad total de horarios y de permiso para poder fumar en el interior de los casinos y hoteles. Ante esta excepción de la actual Ley Antitabaco, que también generó polémica en la sociedad e indignación en los propietarios de otros establecimientos hoteleros y del sector de la hostelería, el Gobierno iba a ceder con la creación de salas de juego estancas sin trabajadores. Una niñería si la comparamos con el resto de exigencias de la larga lista de Adelson, que ahora va a emprender la búsqueda de oportunidades para instalarse en Asia, concretamente en Japón y en Corea. ¡Japoneses y coreanos, estén atentos a este pájaro!

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com