Tras la sentencia Botín, no puedo decir que no crea en la Justicia, porque no he creído nunca. Lo malo es que se debilita mi fe en la prensa, en la que he creído y creo mucho más que en la Administración de Justicia... ma non troppo, que uno tampoco es un ingenuo. La absolución de Emilio Botín, José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui tras sus multimillonarias indemnizaciones y pensiones, pagadas con dinero de los demás, en este caso de los accionistas, simplemente para que don Emilio pudiera quedarse al frente del primer banco del país, sin compartir poder, ha servido para que todos los medios informativos, con más o menos descaro, no sólo lancen loas a don Emilio, sino que se revuelvan contra todos aquellos que osen criticarle no se ha pedido la canonización del cántabro pero se ha estado a un pelo. El fustigador del poder sin duda se trata del poder político, no del económico-, Pedro José Ramírez, fustigador de fundamentalistas, perseguido de corruptos, ha concluido que es justo que Botín y sus antiguos colegas hayan sido absueltos. Su conducta puede merecer algún tipo de crítica social, pero hubiera sido un auténtico atropello que por ello acabasen entre rejas.

Ya saben crítica social, es decir, pájaros y flores, que, como diría el absuelto, lo que no son cuentas son cuentos.

Insist no deseo que nadie termine entre rejas, pero es que en la sentencia no hay ni tan siquiera crítica social, y el diario El Mundo de Pedro José publicó la noticia en su edición digital antes de que la acusación hubiera sido llamada a la Audiencia Nacional para recoger la sentencia.

Pero vamos con el dinero de los demás, que es lo que aquí se cuece. En el mundo de los intermediarios (es decir, en el mundo actual) el poder no está en el propietario, sino en su representantes. El poder lo tienen aquellos que manejan dinero de los demás como si fuera propio. Eso es lo que hizo Botín, y no para beneficiar al banco, sino para quedarse sólo en la Cumbre. Ya lo dijo Alicia, la del País de las Maravillas: De lo que se trata es de saber quién manda. Manda Botín, y el Gobierno y la prensa obedecen. Y lo más gracioso es que manda con el dinero de los demás.

Pero no. Dejemos el caso Botín. Vamos a las consecuencias, a veces mucho más ilustrativas que las causas. Les remito al envío de José Manuel Magán. Es largo, 32 páginas, pero en verdad no tiene desperdicio. Engancha, especialmente con los subrayados del autor. Si quieren ustedes conocer cómo funcionan las relaciones laborales en la empresa actual, es decir, cómo funciona la economía y la sociedad actuales, nada mejor que leer el informe de este antiguo trabajador de Botín, 24 años en el banco, al que se ha despedido tras una campaña de acoso y después de conseguir que cediera en su derecho a cobrar un fondo de pensiones

El mundo de los intermediarios y de las representaciones en cascada nuestro mundo- es complicado, más complicado que complejo. De él la violencia física parece desterrada, lo que es muy bueno, pero se mantienen otras violencias mucho más sutiles. La cita de Magan viene como anillo al ded La pacificación de la vida cotidiana implica, al mismo tiempo, su indefensión. Los miembros de la sociedad moderna, al estar de acuerdo, o verse obligados a renunciar al uso de la violencia física en sus relaciones mutuas, se desarman frente a los administradores de la coacción. (Modernidad y holocausto, de Zygmunt Bauman). Cedo la palabra a José Manuel Magán:

Sr. Director:

Adjunto un escrito que he enviado a varios diputados de la comisión de Trabajo y Asuntos Sociales en el que doy detalles de mi cas despido improcedente en BSCH, después de 24 años de trabajo en la empresa y a 4 años vista de una presumible pre-jubilación.

En el escrito trato del "mobbing" o acoso psíquico / moral en el trabajo, sin legislación en nuestro ordenamiento desde el intento del grupo parlamentario socialista en 2001, y el rechazo del Pleno del Congreso a sus propuestas de 23-11-2001 tendentes a regular el derecho a no sufrir acoso moral e introducir un artículo 314 bis en el Código Penal tipificando el acoso moral.

También del despido encubierto que ha venido practicando BSCH en 2003 y 2004 - sin ERE y con el silencio de la Autoridad Laboral y de los sindicatos -, en fraude de ley respecto a lo dispuesto en art. 51 y 52 del Estatuto de los Trabajadores. Y de la apropiación de los Fondos Internos por Compromisos de Pensiones que hace el banco, utilizando la Excepción de ley diseñada a su medida en el RD 1588/1999, de 15 de octubre. Con total impunidad. Ningún medio se ocupa de estos asuntos -es menudeo-; sí saltan como un rayo, y se pronuncian, para defender al Sr. Botín: ¿dónde esta el delito?, Pedro J. dixit. Hoy que conocemos "la sentencia", podemos decir como el sofista Trasímaco en la antigua Grecia, que la Justicia es un concepto al servicio del poderoso. Con la complicidad del aparato del Estado y de los medios: la institucionalización del latrocinio y de la corrupción.

Desde un rincón de la exclusión social, saludos,

Jose Ramón Magán

joser_magan@yahoo.es

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