(Oído en radio, visto en TV) Fernando Ónega (Onda Cero): “Me sorprendió que Vox regalase su abstención al gobierno que llama socialcomunista, pero supo aprovechar el momento para un mensaje de responsabilidad”

En Onda Cero, Fernando Ónega reflexionaba en Más de uno sobre la abstención de Vox que permitió la convalidación del decreto ley de gestión de los fondos europeos y salvó al Gobierno: "Fernando Ónega reflexiona sobre si se puede levantar un país a matacaballo. La respuesta es no, pero hay que buscar las razones de por qué la política española anda a matacaballo. Y no se libra casi nadie, director. A mí me asustó el PP, que repite lo mismo que hizo en mayo de 2010, al negarse a apoyar las medidas que imponía Bruselas y, si no fuese por Convergencia i Unió, con mucho más sentido de Estado, habríamos terminado sin gobierno Zapatero, qué gustazo conservador, pero intervenidos como Grecia y Portugal.

Me preocupó el gobierno Sánchez, más consciente que nadie de la importancia del decreto de los Fondos Europeos y, estando en minoría, no negoció ni con los partidos que le apoyan. Pensó que le habían dado un cheque en blanco, y eso no existe en política. Me sorprendió, claro, que Vox regalase su abstención al gobierno que llama socialcomunista, pero supo aprovechar el momento para un mensaje de responsabilidad.

Y no me sorprendió nada la espantá de Esquerra. Es una espantada electoral para quitarse de encima el estigma de socio preferente del malvado gobierno opresor de Madrid. Y es el fruto del cabreo de no ser consultado. Todo lo demás, lo del Ibex y esas cosas que dice Rufián, es demagogia. Ahora, a ver cómo explica Sánchez a Bruselas que el decreto de gestión de los 140.000 millones sale adelante porque lo avalan la extremísima izquierda y lo más extremo de la derecha. Y a ver cuál es su estabilidad si lo que hace mes y medio era sólida mayoría, parece ahora una piltrafa que depende de Bildu y de Vox”.

En la SER, Ángels Barceló opinaba: "Ayer se votaba algo de vital importancia para la recuperación económica y social de este país, algo que afecta directamente a la gente, a los sectores golpeados económicamente por la pandemia, pero en el Congreso se votó otra cosa, se votó el tacticismo y el cortoplacismo, quedó demostrado que no hay ninguna voluntad de dialogar, de entenderse, ni siquiera en una materia tan sensible como esta. En la cabeza de todos está la siguiente convocatoria electoral.

En cuanto terminó la votación empezaron las sobreactuaciones, que si Vox es ahora aliado del PSOE, interpretación sonrojante del PP, que si la ultraderecha es el salvavidas del gobierno, que si Vox es el seguro de vida del gobierno...

Lo que pasó ayer no es que la ultraderecha haya entrado en el gobierno de España, lo que pasó es que el principal partido de la oposición, el PP, votó, otra vez en contra, y que también votó en contra Esquerra Republicana que a las pocas horas empezaba una campaña electoral. Es así de sencillo.

Es posible que el gobierno pecara, también otra vez, de falta de empatía o de generosidad con la oposición, de esa idea que tiene a menudo de que tienen que apoyarle porque sí, pero lo cierto es que entre unos y otros, lo de ayer en el congreso fue la viva imagen del fracaso de la política en España, otro fracaso de la política en España".

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: "¿No os ha estremecido conocer que Portugal va a cerrar la frontera con España? Razones tienen. Y motivos tenemos para revivir el cierre de países en el momento más duro de la primera ola.

¿Y no os angustia aún más que el debate sea el de las mascarillas? Cuáles usar, cuáles no. Cómo, cuándo. Me estoy temiendo el aplauso de las ocho y las caceroladas.

¿De verdad que van a celebrarse unas elecciones en Cataluña dentro de dos semanas? La campaña comenzó ayer, bueno, comenzó hace cinco años, pero igual termina suspendiéndose en breve.

Mientras tanto, ERC traslada la campaña a Madrid y se opone al decreto que regula los fondos europeos. ¿Pensó alguna vez Rufián que Abascal salvaría la coalición en el Gobierno?

Lo hizo ayer en un insólito ejercicio de responsabilidad. ¿Sabéis decirme, en cambio, a qué juega el PP de Casado? Oponerse a Sánchez está muy bien. Oponerse al interés general... está muy mal.

Permitidme esta careta... ¿Está volviendo el bipartidismo a España? Así lo sostiene la última encuesta del CIS, que reanima al PSOE y al PP frente a los nuevos partidos.

Permitidme esta careta. Otra regresión. ¿Sabías que las cifras del desempleo dadas a conocer ayer solo pueden compararse a las nefastas de 2012?”.

En Onda Cero, Carlos Alsina opinaba: "A Vox le tocó ayer probar su propia medicina. ¿Qué medicina? Pues lo fácil que es hacer caricatura de una votación parlamentaria y colgarle a cualquiera el cartel de costalero o tonto útil del gobierno.

Ya sabrán lo de ayer: el Congreso debatía si convalida el decreto del gobierno para atribuirse el control de los fondos europeos. Votan en contra el PP, Ciudadanos y los independentistas catalanes (o sea, ERC) y el gobierno se salva por los pelos gracias a que los 52 diputados de Vox se abstienen. Al PP y a Ciudadanos les faltó tiempo para tachar a Vox de ‘socio y salvavidas del gobierno’, que es una cosa terrible, ¿verdad?, que Vox llamó a Ciudadanos y al PP cada vez que estos votaron una prórroga del estado de alarma, por ejemplo.

Fue enternecedor ver ayer al diputado Espinosa de los Monteros negar que haya negociado y pactado en secreto con el gobierno. Tan enternecedor como escuchar a Carmen Calvo elogiando a Vox por abrir paso a la esperanza y las soluciones para España.

Cuando la extrema derecha coincide contigo en que un decreto tiene que salir adelante porque es crucial para que lleguen los fondos europeos (otra distorsión, porque los fondos llegarán de cualquier forma), cuando la extrema derecha coincide contigo entonces sí le atribuyes virtudes.

Lo relevante no es tanto que Vox haya rescatado al gobierno de un naufragio (porque lo salvó de carambola creyendo que antes lo salvarían otros), lo relevante es que el socio de verdad, el de la investidura, el de los Presupuestos, el del tripartido que montó Iglesias con Bildu, o sea, Esquerra, volvió a dejar tirado al gobierno en una votación importante”.

En la COPE, el economista José María Gay de Liébana destacaba: "Europa flojea y declina, con la zona del euro sufriendo una pronunciada caída del PIB en 2020 (-7,2%), la más dura de las regiones desarrolladas, y con flacos síntomas de recuperación en 2021 y 2022. Una Europa oxidada, empantanada en sus tramoyas políticas, sin capacidad de reacción ante el espectáculo de la falta de vacunas, jactándose de negociaciones a precios baratos cuando lo que debiera prevalecer es inmunizar. Dudo que EE.UU. se quede sin vacunas; en tal caso, supongo que la CIA y las unidades de élite de la Navy SEAL actuarían. Y dudo que eso suceda en Japón, Rusia, China, Israel o Reino Unido… Igual es que a Europa la toman por el pito del sereno. ¡Por el Viejo Continente falta punch!

La EPA del último trimestre de 2020 trae el espejismo de un teórico desempleo del 16,13%, 3,7 millones de personas. Si agregamos las personas afectadas por ERTEs, quienes buscan empleo y no lo pueden encontrar pese a estar disponibles para trabajar, los autónomos en cese de actividad, sumamos de largo más de 5 millones de personas… Así que la perspectiva del paro real sobrepasa con creces el 20% de la población activa. Ningún otro país europeo ni desarrollado se encuentra ante tal dislate. Conviene hacer un chequeo, someterse a intervenciones inmediatas y seguir un estricto tratamiento.

Y más noticias tenebrosas, aunque sin sorpresas, al conocer la previsión del FMI sobre el cierre de nuestro déficit público en 2020 del -11,7% y que en 2021 sería del -8,2%. Y tres cuartos de lo mismo con la deuda pública: acabó 2020 con el 118,2% del PIB y en 2021 se prevé del 118,9%. Seguimos endeudándonos y la economía bajo cero. ¡Y fin de semana para viajar por Cataluña rompiendo el confinamiento si se va a mítines políticos!".

En la SER, José María Izquierdo destacaba: “Paso a paso hemos llegado a la campaña electoral catalana. Claro que no es el asunto que preocupa más a los españoles en general, y seguramente tampoco a los ciudadanos de Cataluña.

La muerte y la desolación que acompañan al virus son capaces, desgraciadamente, de cerrarnos las entendederas, la mascarilla como espectacular demostración bien palpable de la época excepcional que estamos viviendo. Pero se votará y los resultados van a exigir la práctica del malabarismo a más de uno y de dos.

Los partidos están aún en el momento de las dudas, de explorar caminos conjuntos, de posibles alianzas o, quizá, guerras abiertas. Y esa locura afecta prácticamente a todas las formaciones, siempre mirando de reojo al enemigo y, con más intensidad, al amigo.

Por supuesto que este Ojo no tiene la menor idea de por dónde pueden ir los resultados –tampoco los institutos demoscópicos si a eso vamos- pero de algunas cosas sí tiene barruntos. Por ejemplo, de que sea cual sea el resultado, seguiremos con el tema catalán enquistado como un problema sin resolver. Al tiempo”.

En la COPE, Carlos Herrera apuntaba: "Mientras tanto todos mirando a Bruselas para conocer que se apruebe la vacuna de AstraZeneca, cuyos primeros gestos han sido desoladores. Se ha convertido en un drama que puede derivar en que la Unión Europea aplique medidas de control para saber qué pasa con esta vacuna. Sigue la desconfianza ente las dos partes. Si escuchan a la nueva ministra de Sanidad parece que en pocos días llegaran millones de vacunas y el ministro alemán dice que este problema se puede extender durante semanas. ¿Quién dice la verdad? Bueno, pensar que un ministro de Sánchez dice la verdad es complicado".