Gay de Liébana (COPE): “La respuesta económica del Gobierno constituye una tomadura de pelo elevada al cuadrado”

En la COPE, el economista Gay de Liébana opinaba: “Si el maldito patógeno fustiga a la población, el Gobierno, con su nefasta gestión, está poniendo la soga en el cuello a la economía española. No andaba errado el otro día cuando dije que las medidas económicas anunciadas por el Gobierno eran una tomadura de pelo. Ahora, no obstante, en honor a la verdad, rectifico: la respuesta económica del Gobierno constituye una tomadura de pelo elevada al cuadrado. Quizás, algún incauto imaginaba que el Gobierno pondría aquellos 100.000 millones de euros de avales para garantizar préstamos a empresas y autónomos, de golpe encima de la mesa, a modo de analgésico para nuestra enfermiza economía. De eso, nada de nada. De los hipotéticos 100.000 millones, la cosa, de momento, se queda en una calderilla de 20.000 millones de euros, con solo 10.000 para pymes y autónomos… Algo así como el chocolate del loro, Don Carlos, a la vista de la magnitud del cataclismo económico.

Goldman Sachs apunta a una caída del 9,7% de nuestro PIB para 2020 – en función del confinamiento y de la crisis - y un déficit público del 10%, que superaría sobradamente los 100.000 millones de euros. Pese a la emergencia económica, Hacienda exige a autónomos y empresas que coticen religiosamente este mes de marzo, espetando que para eso sirven las líneas de liquidez que se ponen en marcha y que habrá que tramitar. Para más inri, con el confinamiento es complicado cumplir con los procedimientos tributarios y pagos de impuestos… Sobrevuelan los recargos y sanciones, amén de la caótica gestión de los ERTE's. Lo dicho: el Gobierno manda al carajo al tejido empresarial y enciende la mecha para que la economía española arda…”.

En RNE, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha dicho: “Hubiese querido un mayor liderazgo del presidente del Gobierno. En estas crisis hay que ser realista y hay que tomar decisiones que no son gratas". "El Ministerio decidió centralizar el material, y nosotros lo entendimos, pero no hubo suministro. Así que hemos tenido que abrir vías por nuestra cuenta y ya va llegando material". "Ahora mismo, China es como un 'mercado persa'. Esperamos que el avión (con el material adquirido) salga rumbo a España hoy o mañana".

"IFEMA ya tiene más de 300 pacientes, pero dará un salto importante esperemos que hoy, cuando podamos derivar allí a todos los pacientes pendientes de ingreso en urgencias". "Si se cumplen estrictamente las medidas que hay [...] entiendo que son suficientes. Pero hay que estar preparados por si hay que ampliarlas o prorrogarlas, o las dos cosas”.

En la SER, Angels Barceló criticaba: “se nos dijo, cuando empezó esta crisis, que confiaramos en la sanidad de este país, fuerte, una de las mejores de Europa, y, a pesar de que sabíamos que los recortes de la anterior crisis la habían dejado muy maltrecha, y lo sabíamos porque hemos sido usuarios de ella y porque los profesionales nos lo explicaron con sus manifestaciones y reivindicaciones, a pesar de esto, nos creimos la afirmación, eso nos daba confianza. Pero en esa frase había un error, eran los sanitarios mejores de Europa, no la sanidad mejor de Europa. Los medicos, enfermeras, celadores, limpiadores que, con su esfuerzo, llevan años supliendo las carencias de un sector que había desaparecido de las prioridades de los gobiernos. Los números, comparados con otros países de Europa son escandalosos, la inversión en sanidad en España es ridícula comparada, incluso, con Italia.

Así que hoy ya sabemos que esta sanidad, que a duras penas sobrevivía en el día a día, está absolutamente desbordada ante una crisis como esta. En una de sus intervenciones Pedro Sánchez ya anunció, que cuando todo esto pase, habrá que revisar el sistema, muy posiblemente porque sabía lo que había, porque sabía lo que nos íbamos a encontrar. Tomamos nota y se lo recordaremos, porque no puede quedar en una promesa lanzada al aire en plena crisis. Se lo tenemos que exigir, tiene que ser una realidad.

Y otra cosa, en estos días en los que a los ciudadanos se nos ponen fechas, en los que vivimos con la mirada puesta en el calendario, deberíamos pedir más rigor a los que gestionan la crisis en su propio calendario. Los tests están siendo otro de los puntos débiles de esta crisis. No se hacen, no son rápidos, y cuando se puede preguntar al gobierno, la respuesta es siempre la misma, en los próximos días. Cuánto de próximos están estos días. En nuestro confinamiento lleno de incertezas necesitamos concreción y certezas y saber en todo momento en que punto estamos. Y no puede ser que con el tema de los tests estemos igual que hace una semana. Porque para todos la semana que ha pasado ha tenido los mismo días de siempre pero nos pesa como si hubieran pasado seis meses”.

En la COPE, Carlos Herrera decía: "Y luego está la malicia que esconde este comunicado. El cargo de conciencia, como el diablo, está en la letra pequeña. En esta carta a la Alianza Atlántica, el Gobierno explica de rondón, así como quien no quiere la cosa, que piden ayuda para combatir la pandemia, y escribo en mayúsculas: 'la pandemia que comenzó el 9 de marzo'. ¿Cómo que la pandemia que comenzó el 9 de marzo? Ya tiene mérito que estos, que algunos de ellos no saben hacer la 'o' con un canuto, sepan exactamente el día y la hora de la que la que comenzó la pandemia. Como si fuese la bomba de Hiroshima que cayó a las 19:30 del día 9, ¿no?".

“Aquí lo que está queriendo la Moncloa es pretender establecer la verdad oficial. Es decir, esto comenzó justo el día después de la manifestación del 8 de marzo, no antes ni durante. Vamos a ver, que los expertos avisaron en enero que esto era grave. Y eso lo reconoció Pedro Duque, el ministro astronauta, que ya estaban trabajando en las medidas que desembocaron en el estado de alarma el 2 de febrero. El 8 de marzo tenían la información suficiente, incluida la recomendación de la Unión Europea para cancelar el 8M y el resto de eventos masivos, y no lo hicieron. Y no lo hicieron en una decisión que les pesará como plomo sobre las alas toda su vida, y espero además que así lo sea. Así que la pandemia comenzó el 9 de marzo... Sí, claro, a la misma hora que se tomaba el café Pedro Sánchez".

En Onda Cero, Fernando Ónega opinaba: “Déjame anotar, de entrada, que tregua política como tal nunca hubo. Hubo cautela, hubo temor a ser señalado como insolidario, y hubo miedo a la acusación de hacer partidismo ante una emergencia nacional. Eso contuvo mucho las críticas.

Ante tal panorama, el PP jugaba en dos frentes: sus barones, exigentes y hasta rebeldes, y el sentido de Estado que Pablo Casado invocó hace dos días. El presidente del PP no quiere desairar al del Gobierno, pero tampoco puede dejar tirados a los suyos, y de ahí que García Egea haya sorprendido ayer con un ataque a Sánchez, al que hace único responsable de la gestión de la crisis. No descarto que en el conflicto gobierno-barones, el PP esté jugando a poli bueno (Casado) y a poli malo (Teodoro). Lo veremos esta tarde.

Pero añado: lo más natural, y dado el empeoramiento de la situación, es que surja la discrepancia y la tensión política. Alguien se tiene que hacer eco, cuando menos, de las críticas que aparecen en la opinión publicada. Alguien tiene que liderar el descontento.

También es normal la tentación de buscar un culpable, como ocurre en todas las crisis, y el señor Sánchez tiene todos los papeles porque los asumió con amplio, incluso exagerado, despliegue verbal. Y termino con una reivindicación: la del derecho a discrepar. La discrepancia, siempre que no sea destructiva, ayuda a corregir errores y a mejorar la emergencia. El resto es pensamiento único. Es decir, sometimiento e imposición”.

En Onda Cero, Carlos Alsina destacaba: “El gobierno informa de que negativo el test que se le hizo a Carmen Calvo y lo celebro, aunque no veo que se informe de cuál es entonces la infección respiratoria que sufre y sí veo que se le añade al negativo estas dos palabras: no concluyente. No sé muy bien qué es un negativo no concluyente, pero quiero pensar que no posible esto que cuenta VozPópuli, que en realidad la vicepresidenta ha dado positivo pero el gobierno lo camufla. El estado de alarma no faculta a nadie para restringir la verdad. No hay decreto que justifique ni la ocultación ni el engaño. Seguro que el gobierno, fiel a la transparencia que se atribuye, aclarará el asunto. Y seguro que empezará a hacer ruedas de prensa de verdad, telemáticas, sí, pero con participación directa de los periodistas que preguntan. No puede ser que el único que hace, en realidad, esté preguntando al gobierno (seleccionando y ordenando las preguntas) sea el secretario de Estado. Y no parece que técnicamente sea tan difícil resolverlo”.

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: “¿Hasta qué punto somos conscientes de que las cifras de contagiados, ingresados y muertos del coronavirus son irreales, orientativas, especulativas? La realidad es más cruda. Y no porque nos la estén escondiendo, sino porque hay una distancia muy grande entre los casos registrados y los existentes.

Los datos son mucho más concretos respecto al personal sanitario. ¿Sabéis cuántos de nuestros médicos y enfermeros se han contagiado? 5.400. Y como podéis sospechar la cifra tiene mucho que ver con la falta de medios.

¿Puede hablarse a raíz del coronavirus de la importancia del activismo pasivo, de la solidaridad inmóvil? La mejor manera de colaborar es la pasividad. O sea, quedarse en casa.

El presidente de México, López Obrador, se adhiere a la tesis negacionista y recomienda a sus compatriotas hacer una vida normal. ¿Ha enloquecido o ha decidido resolver con cadáveres y cadáveres los problemas de sobrepoblación? Solo en México DF viven 21 millones de personas. Imaginaos que no se tomen en serio el coronavirus.

¿Y no os parece al mismo tiempo que la disciplina del estado de alarma podría hacer concesiones ocasionales a los niños? Un mes de encierro puede ser contraproducente, aunque saltárselo exige un ejercicio de responsabilidad.

¿Por qué la enfermedad, en España y fuera de España, contagia igual a mujeres que hombres, pero les afecta más a las hombres que a las mujeres? No está clara la razón, pero tanto puede ser biológica como cultural”.

En la COPE, Jorge Bustos reflexionaba: “El 8 de marzo se autorizó una concentración contra la que había suficientes”, “se ha publicado ya que sabías lo que pasaba, pero no quisiste suspender tu agenda política porque te declaras Gobierno feminista y habría que ir a la manifestación, etc. Bueno, y si viéramos los puntos de contagio con una especie de visor de lo que se contagió aquel día en Madrid tendríamos un mapa en tiempo real de lo que pasó, incluyendo ministras”. “Al Gobierno claro que se le puede criticar porque en su mano está salvar vidas y también está el no haberlas salvado. Y la oposición, que tiene que ser leal por supuesto y todos tenemos que echar una mano porque estamos viviendo un trauma colectivo, pero hay una imprevisión culposa en cómo se afrontó la crisis pero también hay que criticar la propia gestión presente. O sea, no solo cometieron un error y negligencia en el pasado sino que la están cometiendo en el presente desde el momento en el que pones al frente un ministro de Sanidad, Illa, que es un filósofo, pero no tiene la formación para dirigir esto y el Ministerio de Sanidad no tiene competencias”.

El juez Vázquez Taín señalaba: “Este Gobierno yo creo que sobre todo en lo que está fallando es en definir el problema. No nos dan los datos que ellos tienen sobre cuál va a ser la situación la semana que viene. ¿Podemos comentar las medidas de hoy? Sí, pero con relación a la situación de ayer, no podemos saber cuál es la situación de la semana que viene porque quien tiene todos los datos es el Gobierno. Y el Gobierno no nos ha comunicado cuál es su previsión en febrero, en marzo”. “No sabemos cuánto tiempo vamos a estar recluidos. Ellos ya tienen una estimación, no va a ser un mes, va a ser más, lo saben, pues hay que empezar a definir cuánto tiempo va a estar paralizada la población, y la economía. Desde esa situación es es cuando se puede decir qué medidas se deben adoptar y podemos saber si esas medidas son justas o no. Pero si no nos comunica cuál es el problema, no sabemos ni siquiera qué es lo que tenemos que hacer”.