Esta semana hemos entrado oficialmente en el verano y cada vez son más frecuentes las olas de calor que pueden acarrearnos más de un problema de salud. Son días en los que debemos tener especial cuidado con los niños y con las personas de edades más avanzadas, en quienes el calor puede jugar una mala pasada al ser más vulnerables y no percibir de igual forma que el resto sus efectos perjudiciales.

El centro de termorregulación se altera con el envejecimiento, lo que produce una menor sensación de calor

Por eso, la doctora Nieves Fernández Letamendi, geriatra del Hospital Quirónsalud Zaragoza, destaca cuáles deben ser las principales recomendaciones a seguir en estos días tan calurosos del año:

1. Mantener la casa fresca y ventilada.

2. No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.

3. No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.

4. Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón, y de colores claros. Estar muy vigilantes ante los mayores con problemas de movilidad o deterioro cognitivo, de tal manera que adaptemos su vestimenta a lo que necesiten en cada momento. También es importante no dejarlos expuestos al sol de manera continuada en caso de que no puedan moverse por sí mismos (silla ruedas) y es recomendable, además, el uso de sombreros, gorras y gafas de sol.

5. Insistir en un buen aporte de líquidos, aunque no se tenga la sensación de sed (evitando el consumo de bebidas alcohólicas): agua, infusiones, zumos de frutas… En los mayores con disfagia (dificultad para tragar), potenciar la hidratación con agua gelificada o utilizando espesantes. Lo ideal es tomar agua, pero si la rechazan por el espesante, podemos probar con otras bebidas que sepamos que les gustan y espesarlas (zumos, refrescos, batidos de sabores...). Otra manera de hidratar, si nos cuesta, sobre todo en pacientes con deterioro cognitivo, son los helados tipo "polo".

6. Realizar comidas ligeras y bajas en sal.

7. Evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (entre las 12 y las 16 horas) y con una humedad relativa alta. Usar sombrilla y gorro en la playa o zonas de exposición solar. Es recomendable que, fuera de este horario, tomen el sol al menos 20 minutos sin protección en cara, brazos y escote para favorecer el metabolismo de la vitamina D. Fuera de ese tiempo, si la exposición va a ser mayor, sí que es recomendable usar cremas de fotoprotección alta.

El problema de las personas más vulnerables

En este contexto, la doctora Letamendi advierte sobre los niños y los ancianos frente al calor. Un golpe de calor se caracteriza por una elevación excesiva de la temperatura corporal tras una exposición a altas temperaturas, pero ¿por qué suceden?

El golpe de calor es una urgencia médica extrema

Suelen justificarse, según indica la especialista, porque las personas no están adecuadamente hidratadas, o bien porque realizan un ejercicio físico intenso en horas muy calurosas, entre otras razones. 

“Cada año es más frecuente que en verano vivamos temperaturas más extremas. Por ello recordamos la importancia de prevenir el golpe de calor, ya que es más difícil de detectar en las personas mayores. El centro de termorregulación se altera con el envejecimiento, lo que produce una menor sensación de calor, una menor percepción de sed y disminuye por lo tanto esa necesidad de protegernos de las temperaturas excesivas”, aclara la doctora Letamendi.

Alerta esta especialista de Quirónsalud Zaragoza de que las personas mayores de 65 años, en especial si padecen problemas cognitivos, sobrepeso, enfermedades crónicas, dependencia física que dificulte el cambio de vestimenta y la adaptación al entorno o toman fármacos que lo favorezcan, tienen más riesgo de presentar deshidratación secundaria al calor.

Principales síntomas de un golpe de calor

“Si percibimos síntomas de la hipertermia como dolor de cabeza, ausencia de sudoración ante las altas temperaturas, sensación de boca seca y pastosa, mareo, presencia de escalofríos o piel seca y enrojecida debemos hidratarnos, o hidratarlos, inmediatamente por vía oral y protegernos del sol pasando a un ambiente a la sombra y con una menor temperatura”, remarca esta experta.

Los niños más pequeños, los menores de 4 años y, sobre todo, los menores de 1 año son los más vulnerables

Si los síntomas que se presentan son temperatura alta tras exposición solar o ambiente muy caluroso, náuseas y vómitos que hacen no viable la hidratación oral, calambres musculares en brazos, piernas o vientre o bien desorientación, así como cuadros confusionales e incluso convulsiones o bajada del nivel de conciencia, defiende que se debe siempre acudir a Urgencias o pedir asistencia médica domiciliaria para el traslado al hospital, ya que puede tratarse de un cuadro grave que comprometa la vida.

La Asociación Española de Pediatría, por su parte, remarca que “el golpe de calor es una urgencia médica extrema” que se produce muy rápidamente, en apenas minutos, y que de no tratarse rápidamente puede evolucionar de forma drástica y provocar incluso la muerte de la persona.

“La exposición a temperaturas elevadas puede producir una pérdida de agua y de sales minerales que alteran el sistema de regulación térmica de nuestro cuerpo. Como consecuencia, se produce un sobrecalentamiento corporal que impide que los órganos vitales funcionen correctamente.

Los niños más pequeños, los menores de 4 años y, sobre todo, los menores de 1 año son los más vulnerables, ya que su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos porque tienen menor reserva de agua y sudoración y un aparato respiratorio aún inmaduro”, alerta esta institución sanitaria.