Diversificar la gestión de los recursos hídricos, y, sobre todo, disponer de fuentes que no dependan de la climatología y de la cantidad de lluvia acumulada, es fundamental para hacer frente a la escasez de agua que impacta en gran parte de nuestro país.
Las condiciones geográficas de España la hacen especialmente vulnerable al cambio climático. Su exposición a diferentes microclimas y a temperaturas extremas, la presencia de zonas áridas y semiáridas, una distribución desigual de las precipitaciones y la subida del nivel del mar que afecta directamente a su extenso perfil costero, hacen que la península esté más expuesta a los impactos del calentamiento global.
Concretamente, las ciudades costeras, las islas Baleares y las Islas Canarias experimentan una elevada demanda estacionalizada de agua debida a la afluencia de visitantes que reciben en la temporada alta turística, que acaba de empezar, y cuyas previsiones de visitantes extranjeros, para todo el conjunto del año, se eleva hasta los 98 millones.
Las ciudades costeras, las islas Baleares y lasIslas Canarias experimentan una elevada demanda estacionalizada de agua debida a la afluencia de visitantes que reciben en la temporada alta turística
Todo un desafío al que España se enfrenta con un elemento fundamental a su favor: su larga experiencia en el uso de la desalinización del agua como solución de abastecimiento ante las persistentes sequías que históricamente han afectado al territorio. La primera planta desalinizadora, pionera también en Europa, fue construida en 1964 en Lanzarote.
Hoy, nuestro país genera alrededor de 5.000.000 de m³/día de agua para abastecimiento, riego y uso industrial, y se sitúa en las primeras posiciones en términos de capacidad instalada junto a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y los Estados Unidos. Es líder en desalinización a nivel europeo porque concentra más del 50% de la capacidad instalada.

Todo un ejemplo de desarrollo tecnológico que han impulsado empresas como Veolia que, actualmente, gestiona la operación y mantenimiento de 8 plantas desalinizadoras, dos de ellas situadas en las Islas Baleares y 6 en las Islas Canarias.

En Mallorca, la de Bahía de Palma, tiene una capacidad de producción de 64.800 m³/día y es la principal fuente de suministro de agua potable en la isla, además de la planta desalinizadora con la mayor capacidad de producción de agua que Veolia opera en España.

Respecto a las Islas Canarias, que plantean desafíos particulares, puesto que la morfología volcánica del territorio limita de manera significativa la disponibilidad de caudales para la captación de agua, Veolia está evaluando incrementar el caudal de suministro y asegurar la continuidad de las operaciones de desalinización. Un ejemplo sería la planta de Salinetas, cuya capacidad ha pasado de los 10.000 m³/día del año 2000, a los 17.000 m³/día que produce en la actualidad.
España es pionera en el proceso de desalinización del agua como solución de abastecimiento ante las persistentes sequías que históricamente han afectado al territorio. La primera planta desalinizadora de Europa fue construida en 1964 en Lanzarote
Además de en ambos archipiélagos, la compañía opera 13 plantas desalobradoras. No está de más recordar que el agua salobre es aquella que contiene una proporción de sal mayor que el agua dulce y menor que el agua del mar.
La más grande se encuentra en Sant Joan Despí (Barcelona), que regenera un volumen de agua de 206.000 m³ al día.
Plantas modulares: una solución complementaria para situaciones de excepción
Hablamos de un recurso alternativo, fiable e inmediato en casos de emergencia hídrica o incumplimiento de calidad del agua.
Veolia España dispone de una flota de 6 plantas modulares construidas entre 2022 y 2024 (4 en Canarias, 1 en Almería y otra en Alicante). Estos modelos se usan para reforzar la producción de las plantas desalinizadoras existentes, por ejemplo, durante trabajos de ampliación y reforma.
Las plantas modulares también son de gran utilidad para garantizar caudales suficientes para el sector agrícola. Por ejemplo, en la erupción volcánica de 2021 en la isla de la Palma, donde esta tipología de desalinizadora permitió proteger parte de la producción platanera.
Veolia España dispone de una flota de 6 plantas modulares construidas entre 2022 y 2024. Estos modelos se usan para reforzar la producción de las plantas desalinizadoras existentes, por ejemplo, durante trabajos de ampliación y reforma
Otro caso es el de Aguadulce en Roquetas de Mar (Almería). Se instaló una planta modular desalobradora durante el periodo de parada técnica anual de la desalinizadora de Dalías para proporcionar agua apta y de calidad a la población.
Reutilización del agua: otra de las alternativas para asegurar su disponibilidad
Veolia, que apuesta por la regeneración y posterior reutilización de aguas residuales como otra de las soluciones fundamentales ante la escasez hídrica, reutiliza aproximadamente el 15% de las aguas residuales tratadas.
Aplicando un tratamiento avanzado, el agua de las depuradoras se destina a nuevos usos para las ciudades, la agricultura y la industria (como por ejemplo, el riego de zonas verdes y de campos agrícolas o la limpieza de calles). Esta agua regenerada también se devuelve en condiciones óptimas al medio ambiente, en los ríos y acuíferos, para empezar de nuevo el ciclo de captación.
Es el caso del área metropolitana de Barcelona, donde el 25% de los recursos hídricos provienen del agua regenerada gracias a la ecofactoría del Baix Llobregat, o el caso del campo de Cartagena, donde se pueden mantener los niveles de producción agrícola, incluso en situaciones de sequía severa, gracias a la actividad de la depuradora Cabezo Beaza.
Veolia, que apuesta por la regeneración y posterior reutilización de aguas residuales como otra de las soluciones fundamentales ante la escasez hídrica, reutiliza aproximadamente el 15% de las aguas residuales tratadas
La desalinización en el programa estratégico 2024-2027 de Veolia
En el Plan Estratégico 2024-2027, la desalinización se perfila, dentro del conjunto de medidas para aumentar la resiliencia de los territorios y proteger los recursos hídricos, como una de las soluciones alternativas clave que contribuye a alcanzar la huella hídrica cero en ciudades, industria y agricultura.
A lo largo de los últimos 25 años, la empresa ha impulsado innovaciones importantes en este sector que han permitido mejorar la eficiencia energética un 85%, y conseguir una reducción del 90% en los costes del agua desalinizada.
En la actualidad, el 18% de las plantas desalinizadoras del mundo utilizan tecnologías de Veolia.
Contenido patrocinado por: Veolia