“Toda persona tiene derecho a la educación”, así se recoge en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero una cosa es la teoría y otra, desgraciadamente, la práctica: porque a día de hoy no se cumple. Es más, la pandemia del Covid-19 ha empeorado la situación: 24 millones de alumnos aún no han vuelto a las aulas y se suman a los 258 millones de niños y jóvenes que no podían ir a la escuela antes de dicha crisis.

Rozalén y Beatriz Romero

Un contexto ante el que siguen surgiendo iniciativas que contribuyan a que este derecho humano deje de ser una asignatura pendiente, pues la educación es fundamental dado que tiene por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana. Nelson Mandela decía que “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”; el científico, botánico, educador e inventor afroamericano George Washington Carver, señalaba que “la educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad”; y recientemente, el Papa Francisco ha recordado que “la educación es un acto de esperanza”.

El científico, botánico, educador e inventor afroamericano George Washington Carver, señalaba que “la educación es la llave para abrir la puerta de oro de la libertad”

El pasado fin de semana más de 14.000 personas corrieron por la educación en la décima carrera solidaria ‘Corre por una Causa’, organizada por ONG jesuita Entreculturas y que se celebró de forma virtual en 30 países. Los fondos recaudados se destinarán a combatir la emergencia educativa causada por el coronavirus en los más de 38 países y 192 proyectos de cooperación donde ayuda a más de 230.087 personas.

Esta carrera solidaria arrancó en 2012 y desde entonces, contando los participantes de la última edición, más de 119.000 corredores han hecho posible la mejora de las oportunidades educativas de más de 25.000 niños, jóvenes y adultos en todo el mundo. En esta ocasión del décimo aniversario, han participado varios embajadores: la cantante y activista Rozalén y su intérprete de lengua de signos, Beatriz Romero; la nadadora Gemma Mengual; el periodista Juan Luis Cano; el guionista y director de cine Javier Fesser; el ciclista Perico Delgado; el periodista Nicolás Castellano; la atleta Ruth Beitia; la tenista Carla Suárez; ‘Una periodista en zapatillas’ (Samanta Chocrón); y el deportista paraolímpico Chano Rodriguez.

La crisis del coronavirus puede suponer un retroceso de 30 años en los avances educativos logrados hasta que esta empezó y podría poner fin a la oportunidad de aprender y aspirar a un futuro digno de millones niños y jóvenes. En la mayoría de los países de Hispanoamérica y África, los colegios aún no han reabierto sus puertas y muchos niños y jóvenes no cuentan con un ordenador o conexión a Internet en sus casas. Asimismo, sin posibilidad de volver a la escuela, muchos menores han perdido su lugar seguro y también su principal comida diaria que era el almuerzo que allí les daban, y también han aumentado las probabilidades de sufrir maltrato intrafamiliar.

Entreculturas está trabajando en distintas líneas de acción para afrontar esta dura realidad, como la educación a distancia, garantizar la seguridad alimentaria, cuidar al profesorado, proteger a las niñas y reducir la brecha digital. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha señalado que el cierre parcial o total de los centros educativos en 2020 afectó a más de 1.500 millones de niños y adolescentes, pero la mitad no disponía de un ordenador en sus casas y el 43% carecía de conexión a Internet.

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Precisamente, para el objetivo de reducir dicha brecha ha surgido el proyecto ‘Una educación para todos,’ con el que la Fundación Sanders, Plataformas Sociales Salesianas y la empresa social Equal Network se han unido para impulsar una campaña de recogida de dispositivos digitales y la conectividad en hogares vulnerables de España. La pandemia del coronavirus ha sacado a la luz que la mayoría de los hogares con menores en riesgo de exclusión en España no disponen de conexión a Internet ni de dispositivos propios para poder conectarse a sus centros escolares y con sus educadores, o sólo tienen un dispositivo móvil con datos limitados. De hecho, la brecha digital afecta a tres de cada diez menores en edad escolar.

El cierre parcial o total de los centros educativos en 2020 afectó a más de 1.500 millones de niños y adolescentes, pero la mitad no disponía de un ordenador en sus casas y el 43% carecía de conexión a Internet

Con motivo del Día Internacional de la Educación que se celebra cada 24 de enero, Aldeas Infantiles SOS advirtió que el 8,2% de los menores de edad (unos 683.000) viven en hogares que no pueden permitirse tener un ordenador y al menos 100.000 no tienen conexión a Internet, además una cuarta parte de los estudiantes del quintil más bajo de renta no reciben becas ni ayudas al estudio… Todo ello en un país donde la tasa de abandono escolar temprano es del 17,3%, la más alta de Europa. Por su parte, Ayuda en Acción también puso de relevancia la importancia de atajar la brecha digital y apostar por la digitalización de centros educativos y familias, sobre todo, las que están en situación de vulnerabilidad.

Ojalá la pandemia del coronavirus acabe pronto para que los 24 millones de alumnos que aún no han vuelto a las vuelas puedan hacerlo. Y junto a esta tarea, se debe seguir trabajando para que los 258 millones de niños y jóvenes que estaban sin escolarizar puedan tener su oportunidad de acceder a la educación, a la que tienen derecho, para poder labrarse un mejor futuro y cambiar el mundo.