En los últimos años están teniendo lugar numerosos avances en favor de preservar la cadera, a pesar de que dé problemas, gracias al perfeccionamiento de la técnica artroscópica; un procedimiento que puede emplearse para tratar una amplia variedad de patologías de la cadera, si bien siempre cada caso debe ser individualizado.

Las intervenciones clásicas en la cadera suelen realizarse por vía abierta, una cirugía mayor en la que la rehabilitación es prolongada y pueden ocasionarse potenciales complicaciones. En cambio, la artroscopia está cobrando cada vez más fuerza, siendo una cirugía menos invasiva, con un menor daño de los tejidos, a la par que, con una rehabilitación más corta, entre otras ventajas.

Precisamente, el doctor Fernando Mozo es especialista de la Unidad de Cadera y Rodilla del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba y explica que la artroscopia de cadera es una técnica poco invasiva, dado que trabaja directamente en el interior de la articulación de la cadera, y que ha tenido un “significativo” desarrollo en los últimos años.

Los resultados son “muy positivos” para los pacientes a los que se les diagnostican estas enfermedades de la cadera de manera precoz

“La artroscopia de cadera es una técnica quirúrgica que requiere de un material específico para su desarrollo, por ser una articulación que está muy profunda, así como el que los profesionales estén en permanente formación, siguiendo de manera continua los últimos avances médicos y tecnológicos, para prestar la mejor atención a los pacientes", prosigue.

No obstante, destaca la importancia de individualizar siempre cada caso y de llegar a un diagnóstico preciso mediante la exploración. Para ello, recuerda que los pacientes no deben tener miedo a la hora de acudir a los centros sanitarios, ya que son hoy instalaciones seguras frente al contagio de la COVID-19, al haber diseñado circuitos y espacios de atención libres del virus.

Asimismo, resalta la importancia de que se realicen en estos casos unas pruebas complementarias muy específicas, sobre todo la resonancia y/o artro resonancia, así como el test de la lidocaína. Esta última es una prueba que consiste en infiltrar anestésico local (lidocaína) en la cadera y valorar si existe una mejoría parcial del dolor, para poder evaluar correctamente al paciente y definir si necesita una artroscopia de cadera.

Una de las articulaciones más grandes del cuerpo

En concreto, la cadera es una de las articulaciones más grandes del cuerpo, según resalta la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAO, por sus siglas en inglés). “La causa más común del dolor crónico y la discapacidad de cadera es la artritis. La osteoartritis, la artritis reumatoide y la artritis post-traumática son las formas más comunes de esta enfermedad”, detalla la institución norteamericana.

La artroscopia de cadera es una técnica poco invasiva, dado que trabaja directamente en el interior de la articulación de la cadera

Las artroscopias de cadera suelen realizarse en pacientes jóvenes con dolor inguinal con la práctica deportiva y en actividades de la vida diaria que impliquen la flexión con rotaciones de la cadera, sin defectos en el cartílago de la cadera severos.

También se llevan a cabo en mujeres de mediana edad y con dolor en los picos de hueso que tenemos en las caderas (muchas veces confundido con la articulación de la cadera). Este dolor en los hombres es más infrecuente y suelen responder a tratamiento conservador con rehabilitación e infiltraciones, llamado ‘trocánter mayor’. Suelen ser muy dolorosos al dormir del lado afectado, y se conocen como ‘bursitis’ o ‘trocanteritis’.

También dice que se desarrollan estas cirugías en el espacio ‘peritrocantereo’ (conocido como pico de hueso en el lateral de la cadera), donde predominan sobre todo "las temidas bursitis o trocanteritis, cuyos resultados con cirugía artroscópica son mucho mejores que con cirugía abierta", asegura el doctor Mozo.

Asimismo, se pueden reparar a través de la artroscopia de cadera los defectos en el cartílago de la cadera, especialmente cuando es en el acetábulo, ya que los defectos de cartílago en la cabeza femoral tienen muy mal pronóstico con evolución hacia una artrosis en la mayoría de los casos.

Mayor conocimiento sobre las enfermedades de la cadera

Con todo ello, el especialista celebra que en la actualidad hay más conocimiento y experiencia de nuevas enfermedades de la cadera, como los pinzamientos femoroacetabulares, y para los que cada vez hay más soluciones.

La causa más común del dolor crónico y la discapacidad de cadera es la artritis

Según describe, estos consisten en la aparición de rebordes óseos a nivel de la cabeza del fémur y/o del acetábulo (las llamadas ‘gibas femorales’ y sobre coberturas acetabulares), que provocan dolor con la flexión y con la rotación de la cadera, rompiendo en muchas ocasiones el ‘labrum acetabular’ o ‘menisco de la cadera’, una estructura que aumenta la cobertura de la cabeza femoral produciéndose dolor con la actividad física.

El doctor Mozo, en última instancia, mantiene que el postoperatorio de la artroscopia de cadera es “algo más lento” que los de las artroscopias de otras articulaciones más frecuentes como la rodilla o el hombro, si bien en el caso de la cadera, los resultados son “muy positivos” para aquellos pacientes a los que se les diagnostican estas enfermedades de la cadera de manera precoz.