Nuevo varapalo para Unidas Podemos. La diputada por Las Palmas, Meri Pita, se marcha de la formación, pero se quedará con el acta y pasará a integrar el Grupo Mixto del Congreso. A ella se suman 11 cargos orgánicos de Podemos que se van junto a Pita, esta marcha se suma a la que ya protagonizó Alberto Rodríguez al ser condenado por el Supremo por dar una patada a un agente.

En una carta justifican la ruptura debido a la “deriva” en la que ha entrado la formación dirigida por Ione Belara. Reprochan al partido que "todo se reduce a mirar para otro lado abandonando nuestros compromisos electorales", y tachas de "vergüenza de la claudicación" la actitud de Podemos en el Gobierno.

La diputada ya acusó de “traición” al Gobierno, por su cambio de postura sobre el Sáhara Occidental, y afirmó que “ceder al chantaje de Marruecos” implicaba “hipotecar el futuro de Canarias”.

La carta continúa: "Llevamos décadas de pulso para la construcción de una vida más digna y más justa y ahora esa obligación nos lleva a no callarnos, a no conformarnos con acuerdos de mínimos que luego se publicitan como cambios de paradigmas o acuerdos históricos, pero que todas sabemos que no llegan a tapar la vergüenza de la claudicación”

Pita sentencia a la formación morada, "no es en estos momentos una organización ni democrática ni mucho menos plurinacional". "La deriva orgánica está ahí con sus individualidades, sus miserias, sus manipulaciones, su sectarismo, sus cobardías y, cada vez más, sus proyectos biográficos mucho más que políticos, lejos -muy lejos- en cualquier caso, de los principios que nos trajeron a la lucha política".

Podemos ha exigido a la diputada que devuelva el acta ya que, según la formación, 140.000 canarios “confiaron” en Unidas Podemos y, gracias a ello, Pita llegó a ser diputada. Si no lo hace, afirman, su comportamiento sería el de “una tránsfuga”.

Pero Podemos puede dar los argumentos que quiera, el Reglamento del Congreso, en su artículo 22 avala a Meri Pita. En éste, se recogen las causas por las que un diputado pierde su condición, no existiendo ninguna disposición por la que se pueda obligar a la diputada a devolver su acta por “tránsfuga”. Por mucho que quiera Podemos.