Contábamos en Hispanidad que el mariscólogo Pepe Álvarez, había convertido a UGT en un sindicato matón, y amenazaba con "grandes movilizaciones" si la CEOE no se sienta a negociar, además a Álvarez no le vale solo con que se sienten a negociar, quiere una respuesta que él estime correcta:“si no hay una respuesta positiva, también habrá protestas”. Vamos, que poco margen le queda a la patronal para negociar...

La propuesta de nuestro mariscólogo sindicalista contaba con un apoyo demencial, el de la Ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno de España, la fashionaria Yolanda Díaz: "Doy mi apoyo explícito a las movilizaciones sindicales frente a la patronal española en materia de reivindicaciones salariales", y señalaba a Garamendi, presidente de la CEOE, como responsable de todos los males. 

Hemos llegado a normalizar tal cantidad de cosas con este Gobierno que esto puede pasar como un detalle más, pero no lo es, es algo muy grave que una ministra y vicepresidenta llame a las movilizaciones de masas contra otra parte de la sociedad. Y lejos de arrepentirse, Díaz continúa aferrada a su papel de matona del tres al cuarto: ha asegurado este lunes que los sindicatos "tienen toda la razón para salir a la calle a movilizarse contra la patronal" porque es necesario subir los salarios en España.

"La patronal española se levantó de una mesa el pasado 5 de mayo diciendo que no quería subir los salarios y hasta julio se han suscrito sólo 450 convenios, cuando lo normal son 2.000. Está bloqueando la negociación colectiva y esto es grave". Y ha pedido, de nuevo a Antonio Garamendi, "sensibilidad, altura de miras", compromiso con su país y que "deje de bloquear", "La patronal sabe que las familias trabajadoras están sufriendo y creo que en este momento no está a la altura de su país y, por lo tanto, los sindicatos tienen razones para salir a la calle", ha asegurado.

"Sé que hay malestar social, la ciudadanía tiene derecho a movilizarse y un demócrata debería decir esto (…) Es de una enorme torpeza que alguien lo cuestione, no hay que tenerle miedo a ninguna movilización".

Yolanda, que no pierde oportunidad para profundizar la crisis de Gobierno, preguntada por si su defensa de las movilizaciones sindicales es una opinión personal o del conjunto del Gobierno, ha asegurado que "entiende que un Gobierno progresista no se va a posicionar de una parte, la patronal, que no quiere subir los salarios" y que "un Gobierno demócrata debe defender todas las manifestaciones". O lo que es lo mismo, Sánchez, Escrivá, Calviño, Marisu, si queréis haceros llamar demócratas, mi opinión es la única válida. Y a ver quién es el guapo que le lleva la contraria a Yolandísima. 

Y más, la ministra no entiende la polémica de su defensa de la negociación colectiva, cuyo bloqueo "está haciendo daño a las familias", y se vea con normalidad que el PP "agitara y azuzara" en su día las manifestaciones de la Iglesia Católica contra la Ley de Aborto. A ver, lo mismo, lo mismo, no es. 

La ministra ha asegurado en España, con salarios "más que moderados", es "imposible" vivir con una inflación superior al 10% y ha negado que esta posición implique la pérdida de neutralidad en el diálogo social: "Yo he suscrito 14 grandes acuerdos sociales y podría haberlo hecho de parte, pero no lo he hecho", eternamente agradecidos por la magnanimidad de la señora ministra.

Y una cosa Yolanda, en lugar de exigir más y más al empresario, y enfrentar a empleado y empleador, no sería mejor que el Estado haga el esfuerzo, deje de enriquecerse con los impuestos laborales, los que más le gustan a la izquierda política y que nos han convertido en el país con más paro de toda Europa y de toda la OCDE y se eliminan -no sólo se reducen- las cuotas sociales. Así también se subirían los salarios.