Europa vuelve a la carga contra Hungría: queda un año para las elecciones y desde Bruselas tienen que hacer todo lo posible para que el ultra de Viktor Orbán no gane, o al menos no lo haga con absoluta, como viene siendo habitual. 

Sólo recordamos unos meses de 'paz' entre Úrsula y el húngaro, justo cuando la alemana necesitaba de Orbán para acordar los fondos para dar ayuda a Ucrania en la guerra y aprobar la apertura de negociaciones para que el país capitaneado por Volodímir Zelenski pudiera adhesionarse a la Unión Europea. Orbán se negaba, y mágicamente se desbloquearon parte de los fondos que la propia Bruselas bloqueó, en concreto 10.200 millones de euros

Eso ocurrió hace un año, y desde entonces se ha vuelto al acoso y derribo contra el Primer Ministro. Ahora el comisario europeo de Justicia, Michael McGrath, ha urgido a Hungría a respetar el derecho de sus ciudadanos a reunirse de manera pacífica: "Se deben respetar los derechos fundamentales de los ciudadanos de Hungría y en toda la UE. El derecho a reunirse libremente y de manera pacífica debe respetarse en todo momento. Desde la Comisión Europea estamos examinando de cerca la ley concreta que ha llevado a esta prohibición". 

En un encuentro, los ministros de los Estados miembros van a debatir sobre la situación del Estado de derecho en el país por el expediente que tienen abierto contra Hungría desde el año 2018. Mientras debaten lo poco progresista y muy ultra que es Orbán, España y otros 17 Estados miembros de la Unión Europea han instado a la Comisión Europea a actuar con "prontitud" y aprovechar las herramientas del Estado de derecho a su disposición para obligar a Hungría a dar marcha atrás en su prohibición de la marcha LGTBI+. El documento, firmado por Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Eslovenia, España y Suecia, ha sido publicado por el gobierno neerlandés, promotor de la iniciativa.

Todo este revuelo se ha formado porque, tanto la manifestación del Orgullo LGTBI, como una protesta contra la homofobia y la transfobia convocada para este fin de semana, han sido prohibidas. 

Y es que el Gobierno de Hungría, su primer ministro y su mayoría absoluta lo tienen claro: "el derecho del menor al adecuado desarrollo físico, mental y espiritual prevalecerá sobre todos los demás derechos fundamentales, con la excepción del derecho a la vida", es decir, primero la vida y segundo los menores, después ya vendrá todo lo demás. 

De ahí las nuevas enmiendas a la Constitución aprobadas en el Parlamento de Hungría, los menores tienen "una protección de carácter prioritario", "todo niño tiene derecho a la protección y a los cuidados necesarios para su correcto desarrollo físico, mental y moral". Con estas normas, el país blinda una realidad biológica: solo existen dos géneros, y dos, prohibición de las marchas del Orgullo LGTBI+, todo para defender al menor. 

Orbán no gusta en Bruselas, principalmente porque no atiende a los criterios progresistas, por tanto debe ser eliminado, la injerencia europea es más que obvia: si no le gusta lo que los ciudadanos voten, toman medidas. Y con Orbán la ofensiva comienza en campaña.