Se pregunta Financial Times si Europa puede defenderse sola, sin Estados Unidos. Como todo artículo (ver adjunto) que empiece por una pregunta suele acabar sin respuesta, debemos deducir lo que el autor quiere decir y parece que lo que el analista quiere decir es que Europa no puede defenderse por sí sola y que necesita de Estados Unidos.

Para ello nos mete algo de miedo y nos asegura que el amigo Vladimir se dispone a invadir otros países europeos empezando por los escandinavos y siguiendo por el mundo esclavo de Centroeuropa. No insiste en Polonia pero creo que la tiene en mente. Esto recuerda el viejo dicharacho polaco :

-¿Los rusos son nuestros amigos o nuestros hermanos o sólo nuestros amigos?

La respuesta es:

-¡Oh no! Son mucho más que amigos, son nuestros hermanos… porque a los amigos los elige uno.

Pero no debemos hacer mucho caso del pique histórico entre polacos y rusos. Los de Moscú aún no han superado, porque siempre sienten algo de nostalgia del imperio soviético, que el mariscal Joseph Pilsudsky le parara los pies al todopoderoso ejército rojo de Trotsky en las afueras de Varsovia. Aquel ejército proletario que pretendía llegar hasta Gibraltar y no pasó del Vístula.

El bazar de las armas ha vuelto a primer plano. Ahora mismo todos los países se están armando hasta los dientes porque ha cundido, lo repite mucho un pacifista llamado Pedro Sánchez, la sensación de que vivimos en tiempos de guerra. Y algo de razón tienen los que esta tesis defienden, aunque no toda. El caso es que las inversiones en material bélico se han disparado y los mercaderes de armas están haciendo el agosto. De armas de mano y de armas sofisticadas, que todo tiene cabida en este mercado en expansión.

Ahora bien, atribuirle todo esto a Donald es un falsedad. Trump no ha dicho que vaya a abandonar Europa. Sabe que, si cayera el viejo continente, luego caería el nuevo. Lo que dice es que Europa debe defenderse sola… y es verdad. Él solo dice que la contribución europea a la OTAN, nacida para defender Europa, no a Estados Unidos, debe ser más intensa y más arriesgada. Y también en esto tiene toda la razón. Eso no significa que vaya a dejar abandonado el viejo continente… Por la cuenta que le trae. No, lo verdaderamente preocupante es que el arsenal de los países buenos es el que en los carros se está disparando. Hasta tal punto que hemos olvidado cuál es la principal tarea de un estadista y también un militar: la paz. En plata: se puede negociar con Putin un alto el fuego en Ucrania, entre otras cosas, porque Putin y la misma Rusia es occidental, cristiana, por mucho que se haya pervertido tras 70 años de estalinismo. Así como por acercarse a China e India, pero ahora mismo es más urgente parar la guerra de Ucrania que parar la guerra de Gaza. Y es más fácil conseguir una paz entre Moscú y Ucrania que entre Tel Aviv y Gaza. En cualquier caso, lo preocupante es el crecimiento desmesurado del material armamentístico y la renuncia, de entrada, a conseguir la paz. Contemplar a Joe Biden consumiendo sus últimos días de mandato rearmando Ucrania, bajo el repugnante principio que hemos descrito en estas pantallas sobre una forma de guerra consistente en enviar armas a los ucranianos para que ellos pongan los muertos, sin arriesgar vidas propias. Hay que negociar con Vladimir Putin, cuanto antes. Y luego, alejar a Putin de las malas compañías orientales.