Hoy viernes concluía el plazo impuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para que diera pasos en favor de la paz en Ucrania

Y, hasta el momento, lo único que ha trascendido es que ambos mandatarios se reunirán "en los próximos días", pero sin concretar fecha.

Para ese encuentro, el presidente ruso Putin ha vetado a su enemigo, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski argumentando que "no se dan las condiciones" para ello. 

Lógicamente, al mandatario ucraniano no le ha hecho ningúna gracia este veto impuesto por el ruso y ha declarado que "lo único justo es que Ucrania sea uno de los participantes en las negociaciones". "Ucrania debe participar en las negociaciones. La guerra de Rusia es contra Ucrania, contra nuestra independencia (...) Por tanto, el formato de las reuniones de líderes debe ser trilateral". 

Una UE a la que, por cierto, también han ignorado los inquilinos de la Casa Blanca y del Kremlin, lo que da una idea de hasta qué punto la vieja Europa ha perdido relevancia en el escenario internacional. 

Por su parte, Trump ha declarado que a Putin "le gustaría reunirse conmigo, y haré todo lo posible para detener la matanza". Y, cuestionado sobre si el ultimátum a Putin sigue vigente, ha respondido que todo "dependerá de él". "Estoy muy decepcionado".

Por cierto, el ejército ucraniano ha publicado un post en el que asegura que, desde el comienzo de la guerra -24 de febrero de 2022-, los rusos han perdido a 1.061.350 soldados: