La guerra en Ucrania cumple este martes 376 días desde que Rusia inició la invasión. El Ejército ucraniano anunció ayer lunes su intención de "reforzar" sus posiciones en la estratégica ciudad de Bajmut, epicentro de los combates en el este del país, desmintiendo así las especulaciones sobre una posible retirada.

Kiev asegura que treinta países se han unido a la coalición que apoya la creación de un Tribunal Especial para juzgar los presuntos crímenes de guerra cometidos por Rusia. "Me complace informarles de que ya hay 30 países. Grecia se unió al grupo hoy. El fin de semana pasado eran 29", ha declarado el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en la televisión ucraniana. 

En ese contexto, Polonia es uno de los países que más está ayudando a Ucrania en esta guerra. Por ejemplo, el número de refugiados ucranianos que han entrado en Polonia desde que Rusia lanzó la guerra en su país vecino superó los 10 millones, según anunció el pasado miércoles 1 de marzo la Guardia Fronteriza polaca.  

Polonia, Europa, el mundo entero no puede permitir la brutal violación del orden geopolítico de posguerra, de los crímenes de guerra, de ignorar las fronteras establecidas y los acuerdos internacionales. Si lo permitimos, Putin no se detendrá

En una entrevista publicada hoy en La Razón, el ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak, ha declarado que "ayudamos (a Ucrania) militar, humanitaria y diplomáticamente a una escala sin precedentes, porque sabemos lo que es el sufrimiento humano, porque sabemos a lo que conduce la guerra, porque sabemos de lo que es capaz Rusia; basta con mirar la historia de Polonia. Por encima de todo, Polonia, Europa, el mundo entero no puede permitir la brutal violación del orden geopolítico de posguerra, de los crímenes de guerra, de ignorar las fronteras establecidas y los acuerdos internacionales. Si lo permitimos, Putin no se detendrá". 

En cuanto al armamento, Blaszczak explica que "gracias a los esfuerzos de Polonia han llegado a Ucrania baterías Patriot o los primeros tanques Leopard, entre otros; no sólo somos el principal punto de transferencia de ayuda, sino también uno de los mayores donantes. Desde el comienzo de la guerra, hemos transferido a Ucrania armamento por valor de más de 2.200 millones de euros, y esta cantidad no incluye los gastos en los que incurrimos para entrenar a los soldados ucranianos, ni el último paquete de «blindados», que incluye los tanques Leopard 2A4. Pero quiero subrayar aquí que sólo nuestra acción conjunta –la acción de todo el mundo libre– puede inclinar la balanza de este injusto conflicto hacia el lado justo. En cuanto a la cuestión de los aviones, las decisiones al respecto deben tomarse a un nivel aliado más amplio". 

A juicio del ministro polaco, "la guerra en Ucrania es ya el conflicto más sangriento en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial; por desgracia, cuanto más dure la guerra, más bajas se producirán. Creo que la resistencia decidida y valiente de los ucranianos que luchan por la libertad de su país, combinada con la ayuda de todo el mundo libre, conducirá a un final feliz de esta guerra: una victoria para Ucrania, porque es la única opción justa". 

Y añade: "Tenemos que ser coherentes a la hora de proporcionar ayuda a Ucrania e igualmente coherentes a la hora de cumplir las sanciones. La presión militar en forma de suministro de equipos a los ucranianos y la presión económica y política sobre Rusia son las formas más eficaces de presión sobre ese país. No debemos sentirnos cansados o exentos de apoyar a Ucrania, esta nación también lucha por nuestra libertad, por la libertad y los valores de Europa".