La Europa blanda nunca podrá con un Putin cruel
Los muy relevantes jefes de Gobierno de la Unión Europea, han decidido, en el relevantísimo Consejo Europeo, amenazar a Rusia con 'durísimas' sanciones comerciales si invade Ucrania. Las carcajadas del Kremlin han debido escucharse en todo Moscú.
No me extraña que Putin se burle del Occidente sostenible... que no se sostiene en pie. Además, ¿de qué sanciones hablamos? Mientras Rusia sea el primer productor mundial de gas -y el segundo Irán- la parafernalia verde de la decadente Europa libre seguirá convirtiendo a Occidente, antaño motor del mundo, en una sociedad dependiente del gas ruso. Y cuantas más verdes pululen por Europa Occidental, más poder tendrá Putin con sus odiadas, pero imprescindibles, energías fósiles.
Los mandatarios europeos, ya desde hace dos décadas -Merkel, Macron, Draghi, Sánchez, Rutte- son crustáceos: duros por fuera y blandos por dentro
Para entendernos: los tanques y misiles rusos, y sobre todo, los ordenadores rusos, amenazan con penetrar en más zonas de Ucrania, en todas aquellas con mayoría de población rusa o con minorías de enjundia. Entrar a sangre y fuego... ¿y lo único que se le ocurre a Bruselas es amenazar con sanciones comerciales?
A ver: 80 años de embargo comercial de USA a Cuba, no han servido para derribar la tiranía castrista.
No me extraña que Putin se burle del Occidente sostenible... que no se sostiene
Ocurre que el progresismo occidental ha dictaminado que a la guerra no se puede acudir jamás bajo ninguna circunstancia. Te pueden matar por eso. Occidente ha olvidado que no hay paz sin justicia. Ha olvidado que la paz necesita diálogo, por supuesto, pero también necesita un ejército disuasorio o, lo que es lo mismo: olvida Europa que la paz, en muchas ocasiones a lo largo de la historia, ha habido que imponerla con la violencia activa de una más que legítima defensa.
Además, la única vida que merece la pena ser vivida es la de aquel que está dispuesto a ponerla en juego en nombre de la verdad y de la justicia, por Dios y por los demás. Este sentido cristiano de la existencia es el que Europa ha olvidado.
No me gusta Vladimir Putin pero le respeto, lo que me ocurre con pocos líderes mundiales. Porque el mandamás ruso sí cree en algo mientras los líderes de Europa no creen en nada.
La única vida que merece la pena ser vivida es la de aquel que está dispuesto a ponerla en juego en nombre de la verdad y de la justicia, por Cristo y por los demás
Ocurre que no me gustan algunas de las cosas en la que Putin cree, como en el panteísmo de la divinizada Madre Rusia. El panteísmo es el invento más cruel de la historia. Pero siempre vencerá a Occidente si Occidente sigue empeñado en el progresismo suicida de no creer en nada. Así, Putin volverá a vencer en la abandonada Ucrania y hasta en Madrid. No porque gane el partido sino porque el contrario ni salta al terreno de juego.
Los líderes europeos son crustáceos: duros por fuera y blandos por dentro. Justo lo contrario de aquellos que forjaron la civilización cristiana europea.
Ejemplos: la saliente Merkel, el no saliente Macron, el narciso Sánchez, el especulador Draghi, el retorcido Rutte... son muertos-suicidas... pero ellos no lo saben.
En suma, Putin ya ha aprendido que Europa Occidental es débil y ahora espera que esa misma debilidad haya cruzado el Atlántico hacia Estados Unidos e Iberoamérica, que no es menos importante en el tablero mundial. Mientras, espera sentado su victoria.