Es evidente el giro provida de Estados Unidos desde que Trump ocupa la Casa Blanca. Medidas provida, excarcelamiento de activistas acosados por Joe Biden y declaraciones y posicionamientos de primeros espadas de la Administración a favor de la vida

En este giro provida, encontramos a Estados Unidos en plena campaña contra Planned Parenthood, la Administración Trump congelará las subvenciones al gigante abortero que no pasa por su mejor momento: dinero derrochado en financiar objetivos políticos y candidatos aborteros, sumado a las numerosas denuncias por fraude que acumula la red de abortorios. El cierre obligado de muchas clínicas gracias a las medidas provida y el corte de financiación de Medicaid con la llegada de Trump, suponen un panorama económico que se presenta muy negro.

Hace apenas un mes los chicos de Planned Parenthood se vieron obligados a cerrar ocho de sus centros en Estados Unidos, cuatro en Iowa y cuatro en Minnesota, debido a nuevas leyes estatales restrictivas, la congelación de fondos federales por parte del Gobierno de Trump y la previsión de futuros recortes presupuestarios.

Y ahora han anunciado un nuevo cierre: dos de sus seis centros en el área de Houston, Texas (Estados Unidos) incluida su sede de Prevention Park, conocida como la mayor instalación de abortos del hemisferio occidental, con una estructura de 7.246 metros cuadrados.

En una entrevista con CNA, el presidente de Texas Right to Life, el Dr. John Seago, calificó el cierre de Prevention Park como una “victoria absoluta para la vida”.

Al ser el mayor abortorio, hablamos de que en sus días dorados este centro abortaba a 10.000 bebés al año, hasta las 24 semanas de gestación, según Shawn Carney, fundador y director ejecutivo del grupo provida 40 Days for Life (40 Días por la Vida).

En Texas está vigente la ley del latido, que prohíbe el aborto desde la sexta semana de gestación, lo que ha hecho que los abortos se reduzcan un 40%, y claro, se les acaba el negocio si no puede ser sostenido con fondos públicos.