Lo disfrazan de multilateralismo, pero lo cierto es que se trata de una nueva guerra fría. La nueva guerra fría no tiene lugar entre Oriente y Occidente sino entre los que creen en algo y aquellos que prohíben creer en cosa alguna, aquellos para quienes los principios son variables y las convicciones no deben pasar de lo contingente y condicionado.

La batalla del siglo XXI es entre creyentes y nihilistas, esos que a la fe cristiana le llaman delito de odio. Y ojo: los dos grupos abundan en ambas trincheras. Mismamente, el nihilismo avanza más rápido en el Occidente libre que en el Oriente malogrado. Y como ellos sí creen en algo, pues nos ganan.   

Lo más singular de la historia del último G-20 y de la cumbre entre Rusia y Corea del Norte, es el silencio doloso de los BRICS, que aplauden sin miedo la reunión con el gran majadero del mundo actual: Kim Jong-un

Sí, no avanzamos hacia el multilateralismo, sino hacia una segunda guerra fría, que podría convertirse en caliente. Se ha visto en la reunión del G-20, convocada por el siniestro Narendra Modi, donde se ha vendido un multilateralismo que sólo supone el intento de China, India, Rusia y ahora del Brasil, del vengativo Lula da Silva, de unir fuerzas para derrocar a Estados Unidos y ningunear a Europa. El peligro es que, a pesar de los errores de Estados Unidos, entre ellos su ancestral arrogancia, lo cierto es que se trata de un país libre, lo que no puede decirse ni de China ni de India.

La nueva guerra fría no tiene lugar entre Oriente y Occidente sino entre los que creen en algo y aquellos que prohíben creer en cosa alguna, entre creyentes y nihilistas, esos que a la fe cristiana le llaman delito de odio

Pero depsués del G-20 ha venido algo peor: la cumbre entre Rusia y Corea del Norte. Un desesperado Putin convierte al asesino chiflado Kim Jong-un en la referencia mundial para una guerra nuclear. Mientras, enfrente, Occidente está liderado por un anciano pueril y senil. No parece un buen panorama.

Con todo, lo más singular de la historia del último G-20 y de la cumbre entre Rusia y Corea del Norte, es el silencio doloso de los BRICS, que aplauden sin miedo la reunión con el gran majadero del mundo actual: Kim Jong-un.