Nuevo capítulo de la cacería a la que está siendo sometido el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. El estado de Maine, al igual que Colorado, prohíbe al expresidente presentarse a las primarias en ese Estado. Ambos estados son de mayoría demócrata, pero como contamos en Hispanidad, la estrategia es que esta decisión se tome en cada vez más estados, haciendo imposible la reelección de Trump como presidente. 

Contábamos ayer que Trump había conseguido una victorial judicial en Michigan, los magistrados han sostenido que la demanda está planteando una duda política, por lo que no debe ser resuelta por la Justicia y, como consecuencia, han rechazado el caso. Lo que evidencia, una vez más, que la inhabilitación de Trump más que una decisión judicial, es absolutamente una cuestión política. 

En Hispanidad ya explicamos ayer jueves que los demandantes, tanto en Colorado como en Michigan como en Maine, apelaban a la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, que prohíbe a personas que han participado en una insurrección ocupar un cargo de elección popular. Una Enmienda utilizada contra el Ku Klux Klan. 

Y es que el miedo de la progresía y del Nuevo Orden Mundial (NOM) a que Trump pueda volver a la presidencia está llevando a la utilización política de la justicia estadounidense. Aunque estas decisiones podrán ser recurridas ante el Tribunal Supremo.

Asimismo, en las filas republicanas la decisión de Maine y Colorado también ha tenido consecuencias. El rival de Trump en las primarias, Vivek Ramaswamy, ha anunciado que si el fallo se mantiene, retirará su candidatura en estos Estados en señal de apoyo al expresidente y ha desafiado a Ron DeSantis y Nikki Haley a que hagan lo mismo, dado que también son rivales en las primarias. De aceptar DeSantis y Haley, sería la primera vez en la historia que unas elecciones en Estados Unidos sólo cuentan con un candidato, es decir, el demócrata Biden.