En México, la presidenta ultraizquierdista Claudia Sheinbaum ha logrado un índice de aprobación del 85% en su quinto mes al frente del Ejecutivo, según un sondeo del periódico El Financiero.

Se trata de la cifra más alta de aprobación en los últimos tres decenios. Aunque su predecesor en el cargo, Andrés Manuel López Obrador (entre 2018 y 2024) alcanzó un máximo del 85%, en el mes de febrero de 2019.

No obstante, llama la atención esta cifra de aprobación de Claudia Sheinbaum, cuando el país sigue sufriendo una violencia endémica por parte de las narcobandas y el crimen organizado, que han convertido a esta nación hispana en una selva donde impone su ley el más fuerte, con ejemplos como este:

Cabe recordar que la política llevada a cabo por el anterior presidente López Obrador contra las narcobandas, ‘abrazos y no balazos’, fue un auténtico fracaso. Y su sucesora Sheinbaum, secundó esa política pero... cuanto peor lo hago más me aplauden.

Además, México sigue encabezando los listados de los países más peligrosos para ir a trabajar, elaborados por empresas europeas y españolas. 

Otro ejemplo: en el Ránking de las 50 ciudades más violentas del mundo, elaborado anualmente por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, aparecen nada menos que 20 ciudades mexicanas 

Recientemente, la Arquidiócesis Primada de México en el editorial de su semanario Desde la Fe, titulado 'Reparar a la familia para restaurar el tejido social', proponía afianzar el papel de la familia como remedio y prevención de posibles actitudes violentas desde la juventud.

"Es un hecho. Si no cuidamos a las familias, no vamos a cambiar una realidad social acechada por violencia, asesinatos, agresiones, polarización, depresión y suicidio, entre otras problemáticas que hoy enfrentamos”, decía el semanario de la Iglesia acatólica. 

La Arquidiócesis de México prosiguió: "Si cada familia decide hoy vivir el Evangelio del amor, si cada hogar se convierte en una pequeña escuela de servicio y acogida, entonces seremos capaces de restaurar el tejido social”.