Comenzamos esta crónica semanal sobre Hispanoamérica, la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar), en México, para defender el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, uno de los principios no negociables establecidos por el Papa Benedicto XVI para una acción política basada en el humanismo cristiano.

El pasado 3 de mayo se celebró en Ciudad de México una nueva edición de la Marcha por la Vida, para recordar el 18º aniversario de la despenalización del aborto hasta la semana 12 de gestación. Desde entonces, otros 22 estados han legislado en la misma línea, con especial impulso durante los gobiernos del partido político MORENA, el de Andrés Manuel López Obrador (2018–2024) y el de la actual presidenta Claudia Sheinbaum.

La marcha fue organizada por la asociación Pasos por la Vida, una de cuyas dirigentes, Pilar Rebollo, destacó que el aborto “ha dejado muchísimas heridas, ha revictimizado a la mujer embarazada, y ha privado a México de toda una generación”, recoge Aciprensa.

“Hoy recordamos a la generación ausente y abrazamos a cada madre que ha sufrido en silencio. Pero también proclamamos con esperanza que cada corazón que late es una promesa, y cada paso dado hoy puede cambiar la historia”, añadió Rebollo.

Nos vamos a Cuba, para defender la libertad frente a la tiranía comunista. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) ha denunciado esta semana que la dictadura ha cometido al menos 332 acciones represivas contra los ciudadanos durante el pasado mes de abril, de las cuales 91 fueron detenciones arbitrarias y 241 otros abusos.

Entre las principales violaciones se cuentan sitios de viviendas de activistas, abusos contra presos políticos, amenazas, hostigamientos, citaciones policiales, agresiones y multas.

El OCDH también documentó diversas acciones represivas contra integrantes de las Damas de Blanco (Premio Sajarov del Parlamento Europeo), especialmente en La Habana y Matanzas, a quienes se les impidió ir a la misa dominical. De hecho, la líder del movimiento Berta Soler está bajo un proceso de investigación penal, al igual que su esposo, el ex prisionero político Ángel Moya.

Ademñas, la prohibición arbitraria de una procesión de Semana Santa en una parroquia de La Habana se suma a las violaciones a la libertad religiosa que están sucediendo en la Isla sistemáticamente.

Daniel Ortega llama “dictadura perfecta” a la iglesia... después de secuestrar a obispos y sacerdotes, expulsar a las Misioneras de la Caridad, cerrar radios católicas…

(El dictador nicaragüense Daniel Ortega)

Nuestro siguiente destino es Nicaragua, donde los nicaragüenses vienen padeciendo una tiranía, la de Daniel Ortega desde que este se hiciese con el poder, en enero de 2007 (aunque anteriormente presidió un mandato presidencial entre 1985 y 1990).

El sandinista, lejos de apaciguarse con los años, se ha vuelto cada vez más dictador. Y ha endurecido la represión, sobre todo tras las protestas ciudadanas de 2018 contra las reformas a las pensiones, el aumento del costo de vida, la censura, la represión y la corrupción. Y una de las instituciones que persigue con más saña es la Iglesia católica, pues ésta fue una de las que más alzó la voz contra esa represión y Ortega sabe perfectamente que predica libertad y dignidad humanas, ambas pisoteadas por él.

Jan Simon, presidente del Grupo de Expertos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha denunciado esta semana que el país “está atrapado en una espiral de violencia marcada por la persecución de toda forma de oposición política, real o percibida, tanto interna como externa. El gobierno ha consolidado una espiral de silencio que paraliza cualquier posibilidad de oposición”, recoge Puertas Abiertas.

“Los familiares de las víctimas de violaciones de derechos humanos son blanco del gobierno únicamente por sus vínculos con opositores reales o sospechosos. Estas violaciones son particularmente graves cuando se trata de niños. Menores han sido sometidos a violencia debido a las actividades y/o opiniones expresadas por sus padres o familiares. Las deportaciones y prohibiciones de entrada a Nicaragua también han provocado la separación de varios niños de sus padres”, añade Jan Simon.

Otro ejemplo de esa represión de las libertades se producía recientemente, cuando la tiranía de Ortega se salió de la Unesco porque este organismo de la ONU premió al diario La Prensa, por “llevar la verdad al pueblo de Nicaragua”, pese a la “represión” y al “exilio” de sus periodistas, en palabras del jurado del galardón, recogió Infobae.

La dictadura nicaragüense calificó de “vergonzoso” el premio al diario decano del país, un “engendro diabólico de antipatria nicaragüense”. Así se las gasta el dictador Ortega y su mujer Rosario Murillo.