El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó ayer que Israel «tiene la obligación de mantener la región suroeste de Siria como zona desmilitarizada». «No permitiremos que se repita la situación de un segundo Líbano. Estamos obligados a proteger a los residentes drusos».

En este sentido, destacó que espera que no se tengan que tomar «más medidas» al respecto. «Depende en gran medida de lo que se entienda y se haga y también de lo que no se haga en Damasco».

Y es que Israel no se fía un pelo del nuevo régimen que hay en Siria, donde  gobiernan desde el 8 de diciembre de 2024 unos yihadistas islámicos, terroristas y fanáticos musulmanes. En concreto, una facción heredera de Al Qaeda, denominada Hayat Tahrir al Sham (HTS), liderados por Mohamed al Jawlani (ahora llamado Ahmed al-Shara). El anterior gobernante, Bashar al Asad, tuvo que huir de Siria a Moscú. 

Además, Tel Aviv siempre ha defendido a los drusos, una especie de Estado tribal ubicado en Siria-Israel que no profesa ninguna religión en particular sino que se caracteriza por la exaltación de su propio clan.  En teoría, se consideran descendientes de Islam, hijo ilegítimo de Abraham. Para los musulmanes son los drusos son infieles. 

Pues bien: tras esas palabras pronunciadas por el primer ministro israelí, el ejército judío ha bombardeado ayer y hoy a las tropas militares del nuevo régimen sirio que habían entrado en la región siria de Al Sueida (sur del país), enfrentándose a efectivos militares drusos. 

El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, advirtió a las autoridades yihadistas sirias que seguirán defendiendo a los drusos: «Las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) continuarán atacando a las fuerzas del régimen hasta que se retiren de la zona, y pronto intensificarán sus respuestas contra el régimen si no se comprende el mensaje». Israel «no abandonará a los drusos en Siria y aplicará la política de desmilitarización que hemos decidido». «El régimen sirio debe liberar a los drusos de Al Sueida y retirar sus fuerzas».

Y el trasfondo de todo esto es que los cristianos sirios están siendo los más perjudicados por la llegada del nuevo régimen. De hecho, un nuevo informe de la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) cifra en entre 1.700 y 2.246 muertes por la persecución durante el derrocamiento de Bashar Al Assad y con el nuevo gobierno sirio contra minorías religiosas (en concreto, contra cristianos, drusos y musulmanes chiitas -especialmente, los alauitas-).

Jeff King, presidente de International Christian Concern, refirió a CNA que el informe “expone el fracaso del gobierno transitorio de Siria... para proteger a su minoría cristiana” y que “este régimen ilegítimo, compuesto por operativos reciclados de Al Qaeda e ISIS, ha hecho poco para frenar la campaña del islam radical para erradicar el cristianismo en Siria”.

Por su parte, en declaraciones a la agencia Fides, el arzobispo sirio-católico de Homs Jacques Mourad subrayó --matanza en la iglesia de San Elías- «que el Gobierno es directamente responsable de todo lo que ha sucedido. Porque todo gobierno es responsable de la seguridad del pueblo. Y no me refiero solo a los cristianos. También muchos suníes, muchos alauitas han sido asesinados, muchos han desaparecido. Si un equipo enviado por algún organismo internacional viniera a inspeccionar las cárceles, ahora encontraría a mucha gente que no tiene nada que ver con los crímenes del régimen anterior. Creo que se puede decir que este gobierno está persiguiendo al pueblo. A todo el pueblo».

Y añadió el arzobispo sirio-católico de Homs que percibe hostilidad incluso en las fórmulas tranquilizadoras que utiliza el nuevo régimen sirio hacia los bautizados: «Cada vez que oigo hablar de la “protección” de los cristianos, siento que se nos acusa. Y se nos amenaza. Son fórmulas que se utilizan no para manifestar benevolencia, sino para incriminar". Y concluye: "Jesús quiere que su Iglesia permanezca en Siria. Y esta idea de vaciar Siria de cristianos no es ciertamente la voluntad de Dios".