Zelensky, Morawiecky, Putin y Jinping
El jueves 17 fue un día mucho más terrible que el miércoles 16, cuando dos misiles de origen desconocido cayeron en Polonia y mataron a dos civiles polacos. Al parecer, la II Guerra Mundial comenzó vertiendo sangre polaca, la URSS cayó con sangre polaca... y la III Guerra Mundial amenaza con comenzar del mismo modo. Pueblo mártir, y pueblo glorioso, el más masacrado por Rusia.
Cuando los romanos aseguraban aquello de "Si vis pacem, para bellum", lo que que querían decir es que la única forma forma de evitar el conflicto es que el contrario sepa que estás dispuesto a librarlo
Recuerden el dicho polaco:
-Si nos atacan los alemanes por el este y los rusos por el este, ¿a quién debemos disparar primero?
-A los alemanes. Porque lo primero es el deber, luego el placer.
Tras el ataque misilístico a Polonia, con sospechosa rapidez, la OTAN se apresuró a negar que los misiles fueran rusos. Eran ucranianos y fueron lanzados por error: pelillos a la mar.
Ahora bien, el jueves el presidente ucraniano Zelensky, que dirige con ganas a su pueblo, ciertamente, pero que es muy consciente de que Occidente sólo ha aportado armas, no vidas, aclaró que nadie sabe, al menos al 100 por 100, cuál es el origen de esos misiles. Moscú lo niega con ese tipo de negación rusa que, en cualquier caso, nadie se cree y ni tan siquiera se pretende que se crea.
Los propios polacos, han reconocido que pudo ser una error ucraniano... y ahora va el presidente de Ucrania y pone en duda la duda.
La civilización cristiana está hoy comandada por un viejo senil, borde, engreído, incoherente y vicioso: 'Yayoyou' Biden
¿Cómo entender este galimatías? Pues acudiendo a lo obvio: los líderes occidentales son cobardes y su reacción ante estos dos misiles así lo demuestra. Ahora mismo, Putin calibra si Occidente, regido por un viejo senil, impertinente, amargado, de sonrisa eléctrica y cobardón, respondería a un ataque nuclear, si iría a la guerra en defensa de sus principios. Y el ruso Vladimir Putin, como el chino Xi Jinping, como el indio Narendra Modi parecen convencidos de que, en efecto, Occidente no vive, sólo sobrevive y que, por tanto, no está dispuesto a arriesgar, ni su vida ni su cartera, por sus principios: no irá a la guerra. Si me orinan digo que llueve.
Una guerra que, como asegura el Papa Francisco, ya ha comenzado: es su III Guerra Mundial "por trozos". Y naturalmente, el Papa asegura que la guerra debe ser evitada pero cuando los romanos aseguraban aquello de "Si vis pacem, para bellum", lo que que querían decir es que la única forma forma de evitar el conflicto es que el contrario sepa que estás dispuesto a librarlo.
La única manera de mantener la paz es estar dispuesto a perderlo todo, también la vida, en una batalla por defender unos ideales, una cosmovisión... y que el enemigo sea consciente ello. Y el actual Occidente, el mundo libre, la civilización cristiana, no lo está
Es decir, la única manera de mantener la paz es estar dispuesto a perderlo todo, también la vida, en una batalla por defender unos ideales, una cosmovisión... y que el enemigo sea consciente ello. Y el actual Occidente, el mundo libre, la civilización cristiana, no lo está.
Ese es el problema, y eso es lo puede llevar a un desesperado Putin -que es occidental, no lo olvidemos, lo que ocurre es que le hemos expulsado de Occidente- a seguir dando pasos, o a un Jinping o a un Modi, que no son occidentales y encima son dos peligrosos panteístas orientales, a arrasar la civilización cristiana. Si no lo hacen, no es por falta de ganas.
Enfrente, la civilización cristiana está hoy comandada por un viejo senil, borde, engreído, incoherente y vicioso: 'Yayoyou' Biden.
Y ojo, al otro lado del mundo, está Kim Jong-un, lanzando misiles de alcance intercontinental con capacidad nuclear. Así, para impresionar.