El pasado 9 de agosto, el Ministerio español de Exteriores, UE y Cooperación, que dirige José Manuel Albares, emitió un comunicado por el que España "celebraba" los acuerdos alcanzados el día anterior entre Armenia y Azerbaiyán, en la Casa Blanca, con la implicación de Estados Unidos, y confiaba en que supusiesen "un paso decisivo hacia la paz definitiva y la normalización completa de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán tras décadas de conflicto". Exteriores añadía que "España espera que estos acuerdos abran una nueva etapa de cooperación, entendimiento mutuo y desarrollo, en beneficio de ambos países y de toda la región. Y reitera su compromiso con la paz y la estabilidad en el Cáucaso Meridional".

Durante la firma del acto, Donald Trump afirmó: “Armenia y Azerbaiyán se comprometen a detener toda lucha para siempre, abrir el comercio, los viajes y las relaciones diplomáticas, además de respetar la soberanía y la integridad territorial mutuas”.

Por su parte, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, declaró: “Hoy es un día histórico, también porque traemos la paz”.

Mientras que su homólogo armenio, Nikol Pashinyan, valoró: "Un compromiso histórico con el presidente @realDonaldTrump  al unir esfuerzos como socios estratégicos para un futuro más pacífico y próspero. Agradezco esta maravillosa oportunidad para impulsar la cooperación 🇦🇲🇺🇸 y fortalecer la conectividad regional, lo cual beneficiará a nuestras grandes naciones". 

Un funcionario estadounidense señaló que se trata de una declaración conjunta que sienta las bases para un acuerdo de paz definitivo. Como parte del acuerdo figura la creación de un corredor de tránsito que recibirá el nombre de 'Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacionales' (TRIPP), que conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván, de unos 43 kilómetros de extensión a través de territorio armenio. Por ello, el control legal del corredor lo ostentará Armenia, pero Estados Unidos tendrá derechos de desarrollo sobre él. 

Vamos a resumir el conflicto entra ambos países. Entre septiembre y noviembre de 2020, se libró una guerra entre Armenia (país cristiano) y Azerbaiyán (país musulmán), por la región de Nagorno-Karabaj. Tras la caída de la Unión Soviética, esta región quedó bajo soberanía de Azerbaiyán, hasta que en 1994 fue ocupada por las fuerzas militares armenias. Desde entonces, las autoridades de Armenia proclamaron el territorio como República de Artsaj

En la región de Nagorno-Karabaj vivía un importante número de armenios cristianos, hasta que en ese año 2020, Azerbaiyán, país de mayoría islámica y de cultura turca, inició una ofensiva para recuperar el enclave, con apoyo logístico de Turquía.

Tras el ataque de los musulmanes de Azerbaiyán, el pasado 9 de noviembre de 2020 se firmó un acuerdo con la influencia de Rusia y de Turquía.

El acuerdo se saldó con la entrega por parte de Armenia a Azerbaiyán de territorios en la región de Nagorno-Karabaj, una zona en la que viven muchos cristianos y cuyos ciudadanos votaron en 2017 para llamarla República de Artsaj. La negociación conllevó, por un lado, que Armenia renunciase a un tercio de un territorio que históricamente siempre ha sido suyo y, por el otro, premiar a Azerbaiyán por un ataque militar masivo, apoyado por Turquía. Además, Azerbaiyán recuperó territorios como la importante ciudad de Shusha, donde se alzaba la Catedral de San Salvador, destruida en un bombardeo azerí.

Después de eso, como recogió también Hispanidad, en Nagorno Karabaj se produjo una persecución religiosa de los azerbaiyanos (musulmanes) contra los armenios (cristianos).

Armenia y Azerbaiyán se han acusado varias veces y mutuamente de haber violado el acuerdo de 2020, que puso fin a la segunda guerra de Nagorno-Karabaj, luego de la de 1994.

Por otra parte, desde mediados del año 2023, Azerbaiyán intensificó el asedio y bloqueo de 120.000 cristianos en Nagorno-Karabaj, sin alimentos ni medicinas, cuyas vías de abastecimiento cortó en diciembre de 2022. La única ruta de acceso es el llamado Corredor de Lachin, pero este fue bloqueado por las tropas de Azerbaiyán, impidiendo el paso de insumos de primera necesidad. Frente a los excesos de las fuerzas de Azerbaiyán, el presidente de Artsaj, Arayik Harutyunyan, denunció una "limpieza étnica" ante la "impunidad internacional", según señaló La Nuova Bussola Quotidiana, recogió Aciprensa.

Cabe recordar que el obispo armenio Vrtanes Abrhamyan, en una entrevista en el año 2022 en Tempi, aseguró: “Armenia es un dique: si cae, Europa será islamizada. Me pregunto cuándo entenderán esto nuestros hermanos cristianos. Para nosotros, el cristianismo no es un vestido que podamos ponernos y quitarnos a voluntad: es nuestra piel y no se puede cambiar. A lo largo de la historia nunca hemos traicionado a Jesús. Seremos felices si otros pueblos nos ayudan a llevar esta cruz”.

Por todo ello, la actitud del ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, solo puede ser calificada de hipócrita, por su actitud tibia ante los ataques de los musulmanes azeríes a los cristianos armenios, con la excepción de la condena que realizó en septiembre de 2023 por el ataque militar de Azerbaiyán a la república de Nagorno Karabaj