Como ya denunció Hispanidad, la incoherencia sacrílega de Joe Biden está dividiendo a la Iglesia Católica de Estados Unidos. Esta semana se celebraba el esperado encuentro de los obispos estadounidenses, donde se debatía si debe permitirse la comunión de los políticos católicos que apoyen el aborto.

Las divisiones se acentuaron nada más empezar la sesión. Determinados sectores consideraron que la cuestión era tan relevante que todos los obispos debían tener la oportunidad de pronunciarse sobre ello y fue el arzobispo de San Luis, Mitchell Rozanski, quien presentó la moción para que se pudiera extender el debate sobre la controvertida votación. Otros consideraron que la citada propuesta era una táctica de los escépticos para retrasar la votación. Finalmente, la propuesta de Rozanski fue rechazada por el 59% de los intervinientes.

El obispo Kevin Rhoades, presidente del comité doctrinal de la Conferencia Episcopal norteamericana, recordó que el documento que se elaborará, así como la votación, no es sobre Biden o sobre un católico concreto, y recordó que es relevante para todos los católicos, no solo para los políticos católicos.

El arzobispo Salvatore Cordileone afirmó que precisamente por su incoherencia absoluta, él “no le daría la comunión al presidente Biden” y el obispo Kevin Rhodes recordó que la votación es relevante para todos los católicos

De nuevo en el plenario, la voz cantante de los obispos fieles a la doctrina la llevó el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, que fue el más claro al recordar que el propósito de la Iglesia es “ayudar a la gente a volver a la santa eucaristía, entendiendo lo que significa, valorando el regalo que supone y que por ello deben vivir su vida de una forma coherente con su fe para poder recibir la comunión”. Y, afirmó que precisamente por su incoherencia absoluta, él “no le daría la comunión al presidente Biden”.

En el plano contrario, el líder de los prelados progresistas, el cardenal arzobispo de Washington, el afroamericano Wilton Daniel Gregory, afirmó que en su diócesis ordenaría que sí se le diera la comunión a Biden. La postura de Gregory no sorprende dado su historial poco cercano a la doctrina de la Iglesia, su odio al expresidente Trump y su simpatía por el movimiento marxista Black Lives Matter.

El Nuncio Apostólico en EEUU, Christophe Pierre, imploró a los prelados que “el objetivo de este diálogo debe ser la unidad y no meramente la unidad doctrinal y jurídica”. Con todos los respetos monseñor, la fidelidad a la doctrina es mucho más relevante que la unidad en la incoherencia

Al igual que en las semanas previas, la Santa Sede envió un mensaje de escasa claridad y de notable confusión. En consonancia con la carta emitida el pasado 7 de mayo por el Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el jesuita español Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.J., “urgiendo a los obispos estadounidenses a que debatieran prudentemente y minimizaran las divisiones antes de proceder con cualquier acción relativa a la eucaristía y la comunión”, ahora en la conferencia, el Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Christophe Pierre, utilizó el término unidad más de veinte veces y precisó que la misma se debía entre los obispos y con respecto al papa Francisco. Pierre imploró a los prelados estadounidenses que “abracen el modelo de encuentro y diálogo del Papa Francisco” y que “el objetivo de este diálogo debe ser la unidad y no meramente la unidad doctrinal y jurídica”. Con todos los respetos monseñor, la fidelidad a la doctrina es mucho más relevante que la unidad en la incoherencia.

En aparente respuesta al enviado de Roma, el presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU y arzobispo de Los Ángeles, José Horacio Gómez, indicó que “la unidad en la Iglesia no significa conformismo o que los obispos nunca discutan. Los apóstoles discutían apasionadamente. Discrepaban sobre las estrategias y métodos pastorales, pero nunca sobre la verdad del Evangelio”.

A pesar de las presiones de los prelados progresistas y del Nuncio vaticano, los obispos estadounidenses por abrumadora mayoría de casi tres cuartos han acordado elaborar un documento que determinará las condiciones para recibir el sacramento de la comunión, lo que abriría la puerta a negar la comunión a Biden por su apoyo al aborto. Se trata de una victoria a medias para los obispos fieles a la doctrina, ya que el sector de Gregory y compañía había tratado de bloquear dicha iniciativa. No obstante, dicho documento no será votado por los prelados hasta el mes de noviembre, lo cual resulta preocupante. Habrá que vigilar los movimientos de los progresistas hasta entonces y, sobre todo, de la Santa Sede.