Grecia celebró ayer domingo elecciones legislativas.

El partido conservador Nueva Democracia (ND) -el del actual primer ministro Kyriakos Mitsotakis- ganó las elecciones legislativas con más de un 40,79% de votos. Pero se ha quedado lejos de la mayoría absoluta (46% de los votos). En concreto, la formación ha logrado 145 de los 300 escaños del Parlamento.

El segundo partido más votado fue la Coalición de la Izquierda Radical (SYIRIZA), un 20,07 por ciento y 72 asientos.

En tercer lugar quedó el Partido Socialista Panhelénico (PASOK), un 11,52 y 41 diputados. 

El Partido Comunista de Grecia (KKE) obtuvo el 7,21 por ciento y 26 escaños. Y Rumbo a la Libertad (Plefsi Eleftherias), el 4,45 por ciento y 16 asientos. 

Así las cosas, ahora la presidenta de Grecia, Katerina Sakellaropoulou, encargará al partido más votado la formación de una alianza que permita la gobernabilidad del país. 

Si el primer partido no lo consigue, la responsabilidad recaerá en el segundo partido más votado. Y lo mismo con el tercero.

Y si no se logra la formación de una coalición de Gobierno, entonces los griegos deberían volver a votar en una elecciones que, en este caso, dejarían de lado el sistema proporcional puro vigente en estos comicios y se aplicaría el modelo promovido por Mitsotakis y en el que se recupera la prima para el partido más votado: 20 escaños más en caso de obtener el 25% de los sufragios, con margen para ampliarse hasta 50, una fórmula para facilitar la gobernabilidad.

El líder de Nueva Democracia Mitsotakis ha declarado: “Grecia necesita un gobierno que crea en las reformas, no ocurrirá con un gobierno frágil. Solo los gobiernos fuertes pueden atreverse con los cambios necesarios”.

Por su parte, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ha reconocido: ”El resultado de las elecciones es sumamente negativo para nosotros. Necesitamos hacer cambios rápidamente para luchar la próxima y crítica batalla en las mejores condiciones posibles. Les doy las gracias desde lo más profundo de mi corazón a quienes nos han votado”.