Finalmente, la tragedia se ha consumado. Siguiendo los pasos de Pedro Sánchez en España, el centrista, o sea ideológicamente versátil, Donald Tusk, presidirá el gobierno polaco. Le apoyan dos partidos que se dicen socialdemócratas, pero no conviene confundirse: en la nueva Polonia, las adscripciones ideológicas no son muy claras, y así, resulta que todos los excomunistas de uno de los leninismos más duros de la Historia, el Partido Comunista polaco, se han convertido en socialdemócratas.

Donald Tusk es, además, un hombre tan versátil como Pedro Sánchez, su modelo, por lo que ha decidido aliarse con cualquiera con la única condición de que no sea cristiano. 

Y el cinismo de don Donald llega al extremo de asegurar que sigue los pasos de los líderes de Solidaridad, la fuerza que acabó con el comunismo en Polonia y en todo el orbe comunista. Pues bien, a mayor abundamiento, resulta que los exlíderes de Solidaridad militan y, fueron los fundadores, del Partido Ley y Justicia, su adversario electoral e, igualito que ocurrió en España el 23-J, el partido que realmente ha ganado las elecciones en Polonia. Dusk y Sánchez, dos almas gemelas.