Decíamos ayer que una ola de 'marxismo de género' invade Hispanoamérica. El marxismo de género es aquel que une la lucha de clases, es decir, la envidia, con la ideología de género, es decir, la lujuria. Todo ello en medio del caos indigenista de quienes añoran los sacrificios humanos de los aztecas y hablan del genocidio de los curas españoles. Sí, Iberoamérica no atraviesa su mejor momento. 

Nicaragua, Venezuela, Perú, México, Chile, puede que en breve plazo Argentina, están asolados por esta marea sandía, verde por fuera, pero no verde eco-sostenible sino verde rijoso, o sea, verduscón, además de roja por dentro, ya saben los pobres se rebelan contra los ricos no para compartir su riqueza sino para destruirla y todo ello liderado por multimillonarios globalistas que quieren un mundo igual por debajo y mantener su privilegio.

Pues bien, resulta que, contra pronóstico, el cristiano Guillermo Lasso ganó las elecciones en Ecuador... y a las pocas semanas, los indígenas, más bien indigenistas, le han planteado un auténtico golpe de Estado callejero. O te vas o habrá más muertos, parecía la consigna. Al final, Lasso ha ganado el pulso parlamentario pero todo indica que esto no ha hecho más que empezar. 

Por decirlo así, el marxismo de género es la revolución de izquierdas convertida en progresía, cuando la ideología de género sustituye a la dictadura del proletariado. Ahora bien, el método es el mismo que en los años setenta y ochenta del pasado siglo XX: si no gano en las urnas, no admito los resultados y monto el lío en la calle para obtener el poder por las bravas. Y si gano en las urnas, ya desde el poder, manipularé los siguientes comicios. 

Esto es un ataque del Nuevo Orden Mundial (NOM) a la Hispanidad católica, bajo la bandera del Foro de Sao Paulo o del Foro de Puebla

Y ojo, porque esto no es revolución socialista. El Nuevo Orden Mundial (NOM) no está liderado por comunistas sino por millonarios capitalistas. Su enemigo no es ni la izquierda ni la derecha: es el cristianismo. 

Porque lo de Ecuador es un nuevo ataque del Nuevo Orden Mundial (NOM) a la Hispanidad católica, bajo la bandera del Foro de Sao Paulo o de su sucesor, el Grupo de Puebla.