La masacre cometida contra ciudadanos israelíes por el grupo terrorista islámico Hamás ha generado una profunda división en la opinión pública estadounidense. Mientras que los republicanos han manifestado de forma unánime su apoyo a Israel y han condenado los salvajes atentados, entre los demócratas no ha existido tal unanimidad, algo especialmente grave dado que no solo han sido asesinados cientos de israelíes, sino que entre las víctimas hay muchos ciudadanos estadounidenses, por el momento, al menos 25, y la cifra sigue aumentando.

En particular, el sector izquierdista de los demócratas no se ha posicionado en defensa de Israel y ha justificado directa o indirectamente lo ocurrido.

Es el caso de la congresista demócrata por Michigan, Rashida Tlaib, de religión musulmana, quien preguntada por una periodista sobre los espeluznantes actos de Hamás, entre los que se incluye la decapitación de bebés, la quema de niños vivos y la violación de mujeres, no efectuó valoración alguna. Sobre la posición favorable a Hamás de Tlaib se ha pronunciado el exembajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, quien ha calificado a la demócrata como una “desgracia”, por justificar los salvajes actos terroristas del grupo fanático islámico Hamás, asegurando que Israel es un Estado que cometía un apartheid contra los palestinos.

Otras congresistas demócratas, como Alexandria Ocasio Cortez o Ilhan Omar han mostrado condenas ambiguas de los hechos, centrando sus mensajes en pedir un “alto el fuego entre las partes”. En concreto, la neoyorquina Ocasio Cortez ha sido confrontada por la congresista republicana Nancy Mace, quien ha ironizado sobre la propuesta de la representante progresista indicando así: “La apologista de Hamás (en referencia a Ocasio Cortez) pide un ‘alto el fuego’ después de que un lado lance un ataque terrorista masivo. Buen intento”.

También ha destacado la postura del movimiento marxista Black Lives Matter, protegido por los demócratas, que ha apoyado los salvajes atentados de Hamás, asegurando que se trata de un acto de autodefensa.

En los campus universitarios estadounidenses, uno de los principales feudos demócratas y epicentro de la izquierda radical, la hostilidad hacia Israel es un hecho. Nada más y nada menos que en la célebre Universidad de Harvard, asociaciones estudiantiles, mostraron su apoyo a Hamás y culparon a Israel de lo ocurrido. Y en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, una estudiante israelí fue agredida. Estos hechos han sido denunciados por un grupo de congresistas republicanos que han enviado una carta a Miguel Cardona, secretario de Educación de la Administración Biden, exigiendo que garantice la seguridad de los estudiantes judíos en los campus universitarios de Estados Unidos.

Pero, sin duda, una de las cuestiones más controvertidas es cómo los demócratas tratan de desvincular al régimen islamista de Irán de los hechos, a pesar de que la dictadura de los ayatolás financia a Hamás. La cuestión es clara, han sido los demócratas quienes han blanqueado al régimen iraní en los últimos años, y no se pueden permitir políticamente que se vincule a Irán con los salvajes ataques.

Sobre este punto, el expresidente Donald Trump ha recordado que durante su presidencia, Estados Unidos abandonó el acuerdo nuclear con Irán, promovido por el presidente demócrata Barack Obama y el entonces vicepresidente Joe Biden, que sirvió para blanquear al régimen islamista radical de los ayatolás, que financia al grupo terrorista Hamás, que ha causado la masacre en Israel en días pasados. En palabras de Trump: “Retiré a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, Biden arrojó a Israel a terroristas y yihadistas sedientos de sangre”.

En el mismo plano, se ha pronunciado John Ratcliffe, Director Nacional de Inteligencia durante la Administración Trump: “Incluso si Irán admitiera que estuvo detrás del ataque a Israel, Biden seguiría diciendo que no hubo participación de Irán”.