En Cuba, el domingo 25 de septiembre se celebró el referéndum sobre el nuevo Código de las Familias, redactado por la dictadura comunista.

Pues bien: dos de cada tres cubanos votó sí al nuevo Código que sigue las directrices del Nuevo Orden Mundial, recoge Infocatólica.

En concreto, ejercieron su derecho al voto más de seis millones doscientos cincuenta mil ciudadanos, equivalente al 74.01% del padrón. El sí obtuvo el 66.87% de los votos válidos mientras que votaron no un 33.13%.

Bruno Rodríguez, canciller cubano, mostró su satisfacción por el resultado del referendo:

Lo curioso es que, al menos en teoría, este referéndum se haya desarrollado en libertad, cuando todo el mundo sabe que en Cuba no hay elecciones libres…  ¿O es que hay que creerse la versión oficial del régimen?

"No beneficia a la familia cubana la introducción en nuestra legislación de los contenidos de la llamada «ideología de género», que sustenta muchas de las propuestas

A mediados de este mes de septiembre los obispos cubanos publicaron un comunicado criticando abiertamente la legislación que, en teoría, ha recibido el apoyo de la población:

-"No beneficia a la familia cubana la introducción en nuestra legislación de los contenidos de la llamada «ideología de género», que sustenta muchas de las propuestas.

-No es verdad que lo más beneficioso para los niños y adolescentes sea introducir una interpretación del principio de «la autonomía progresiva» que se extiende a la posibilidad de que los menores de edad, sin la autorización de sus padres, puedan asumir determinados criterios, sobre todo que impliquen procesos clínico-quirúrgicos irreversibles, que determinen situaciones existenciales o identitarias para las que no están preparados.

- Tampoco que puedan ser adoptados legalmente por parejas del mismo sexo, cuando la adopción es esencialmente un modo de conceder al niño por ley, lo que por naturaleza le corresponde y necesita: un padre y una madre. Fundamentos también aplicables a no admitir la pluriparentalidad, la aplicación de técnicas de reproducción humana asistida a parejas del mismo sexo o, incluso, la fecundación in vitro postmortem, por la que un niño nacería intencionalmente huérfano de padre. Todo hijo es un don y un fin en sí mismo; es un derecho del niño tener un papá y una mamá.

- No es ético que se reconozca como adecuada la llamada «gestación solidaria», en la que una mujer que lleve en su vientre durante nueve meses una criatura la deba entregar inmediatamente después del parto a otras personas, privando a ambos, madre e hijo, del vínculo afectivo que la gestación naturalmente establece.

El matrimonio entre hombre y mujer, que es la base natural de la familia, no puede ser desplazado o deformado para dar paso a otras maneras construidas legalmente. El plan originario del Creador es éste: «Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó: varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sean fecundos, multiplíquense y llenen la tierra» (Génesis 1, 27-28a). Esta verdad revelada sustenta la fe de todos los cristianos".

“A lo anterior –rematan los obispos- se suma la campaña oficial para presentar como idóneo el texto que se propone, para lo cual se han utilizado todos los medios de comunicación a que tenemos acceso los cubanos. Para que el voto sea tal, se requiere contar con pluralidad de información que permita al ciudadano asumir su propia decisión. La información, al fluir en un solo sentido, sin otros contrapesos, opera como un factor condicionante, y el voto que de la misma se derive expresará, necesaria e inevitablemente, una voluntad condicionada”.

"Resulta positivo en esta propuesta de ley presentada, entre otros, la precisión con que se rechaza la violencia en el seno de la familia, la manera en que se recogen y protegen los derechos de los abuelos, el modo en que se inserta el cuidado de los ancianos, personas en situación de discapacidad y vulnerables

Aunque, los obispos cubanos también destacaron lo positivo de este nuevo texto: "Resulta positivo en esta propuesta de ley presentada, entre otros, la precisión con que se rechaza la violencia en el seno de la familia, la manera en que se recogen y protegen los derechos de los abuelos, el modo en que se inserta el cuidado de los ancianos, personas en situación de discapacidad y vulnerables. También vemos con beneplácito que se reconozca lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño y que, en diversos ámbitos, se manifieste explícitamente la obligación de dar alimento y cuidar a los que queden en situaciones desfavorables y durante el embarazo. Esto, sin embargo, no puede hacer que se pasen por alto los cuestionamientos, críticas, rechazos de un sector importante de nuestra sociedad, los cuales se sustentan en legítimos principios, valores, las ciencias humanas y biológicas, nuestra historia, tradiciones y creencias religiosas de nuestro pueblo”, recogió Infocatólica.