Lo denuncia la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, "Entidades deportivas de Colombia piden que se anule la reciente sentencia de la Corte Constitucional que, a petición de un jugador trans de voleibol, obliga a las ligas deportivas del país a admitir a personas trans varones en las competiciones femeninas".

 En su escrito, esas entidades acusan al tribunal de haber ignorado la equidad deportiva y los derechos de las mujeres priorizando los deseos de las personas trans, que juegan con ventajas biológicas.

La cosa es grave: el pasado 1 de octubre de 2025, la Corte Constitucional de Colombia emitió un fallo que obliga a las ligas deportivas del país a modificar las reglas internas referentes a la participación de deportistas transgénero para garantizar que las mujeres trans (hombres de nacimiento) no pueden ser excluidas de las categorías femeninas. 

Una atleta trans, identificada como mujer pero que nació hombre, denunció que no se le debaja participar como mujer en categorías femeninas, impidiéndole competir acorde a su identidad. Tras analizar el caso, la Corte determinó que tales disposiciones resultan “discriminatorias” y ordenó su modificación.

Así, el alto tribunal dispuso que las federaciones, ligas y clubes del país deben ajustar sus reglamentos internos para permitir la inclusión de mujeres trans en competiciones femeninas. 

Gracias a esta sentencia, que ahora ha sido recurrida por atletas, el deporte femenino y las mujeres quedan completamente desprotegidas. Sólo hace falta recordar el caso en el que una jugadora trans de voleibol le dio un pelotazo a su rival en la cara y le provocó una conmoción cerebral, para darse cuenta de las diferencias y ventajas que tienen las mujeres trans en este deporte. 

Pero las feministas clásicas españolas hacen un apunte más sobre este caso: la manipulación de El País al contar la noticia, "un buen ejemplo de mentiras, desinformación, toma de partido y ocultación en este artículo". Castrillón, la jugadora trans que denunció su "discriminación", "no ha sido discriminado en el deporte. Juega en una categoría (la femenina) que no le corresponde por su sexo (el masculino). La única política pública para la inclusión de las personas trans en el deporte debe ser respetar el juego limpio que garantizan las categoría diferenciadas por sexos. Existen abrumadoras pruebas que demuestran las ventajas competitivas de los varones, ventajas que no desaparecen reduciendo los niveles de testosterona. Castrillón insulta a las deportistas al afirmar que su ventaja no es resultado de la fuerza sino “de constancia, de dedicación y de práctica”. O lo que es lo mismo, sus rivales no entrenan ni se esfuerzan lo suficiente. El fallo de la Corte no promueve “el sustento científico”. Muy al contrario, desprecia las diferencias biológicas entre mujeres y hombres e ignora el concepto jurídico "mujer". Ninguna inclusión de personas trans en el deporte puede hacerse a costa de robar medallas y podios a las mujeres. La opinión de un transactivista: “no hay argumentos científicos de que una expresión de género diversa genere una ventaja competitiva” es una burla. En el deporte, no compiten las expresiones de género. Compiten los cuerpos. El País debe actualizar sus datos, los tiene obsoletos: la Federación Internacional de Atletismo no permite la participación de ningún varón en las categorías deportivas de las mujeres. Vincular la defensa del deporte de la mujeres con la derecha conservadora es manipulador y embustero".