Este sábado 12 de marzo, un día después de que Gabriel Boric asumiera la presidencia de Chile, decidió participar de un rito pagano en el Palacio de La Moneda acompañado de su novia y activista feminista, Irina Karamanos, y de todo su gabinete, recoge Aciprensa.

Boric ha declarado en varias oportunidades que Chile es un Estado laico.

En imágenes compartidas por la Presidencia de Chile, se puede observar Boric y Karamanos arrodillados y realizando actos de ofrenda en una ceremonia dirigida por representantes de los llamados pueblos originarios chilenos.

Según la Prensa de la Presidencia se trató de “una rogativa ecuménica” en la que “participaron representantes de los pueblos yagán, lican antai, mapuche pewenche, rapa nui, mapuche lafkenche, diaguita, füta warria y colla, quienes rogaron por el éxito y buenaventura del gobierno ciudadano”.

“Se busca dar inicio mediante una ceremonia en que los diversos pueblos indígenas, a través de sabias, sabios, representantes y autoridades ancestrales, dirigen y entregan saludos, mensajes, rogativas y parabienes mediante la palabra y/o elementos simbólicos, al Presidente como vehículo del nuevo comienzo”, agrega.

Todo lo cual recuerda mucho al culto a la ‘pachamama’ impulsado por otros ilustres izquierdistas hispanoamericanos de pro, como el expresidente boliviano Evo Morales

Y también pretende ser una especie de postura sincretista o eclecticista, que aúne todos los cultos indígenas.

Recordemos que la propuesta de gobierno de Boric, abanderado del Frente Amplio y el Partido Comunista, promete la incorporación de una perspectiva feminista transversal, la implementación de políticas como el “aborto legal, libre, seguro y gratuito” y modificaciones a la ley de identidad de género, entre otras ideas.

Es decir, que la nueva revolución marxista, perpetrada en nombre de la ideología de genero ya ha conquistado lo que fue uno de los países más europeos de América.

Por otro lado, este mismo sábado, el nuevo mandatario participó en horas de la mañana de la tradicional «Solemne Oración Ecuménica por el pueblo de Chile» en la Catedral Metropolitana de Santiago y que fue dirigida por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Celestiono Aós.