La organización provida And Then There Were None (ATTWN) ha iniciado una campaña a la que se han unido varios grupos de monjas. La campaña es simple y concisa: enviar tarjetas de Navidad a todos los centros abortistas del país, para pedir a los trabajadores que dejen sus puestos de trabajo. 

Detrás de la organización y dirigiéndola está Abbey Johnson, activista contra el aborto que antes dirigió un centro de Planned Parenthood, quien dejó su trabajo cuando se enfrentó a la realidad del aborto al ver en imágenes, en lo que consistía. Sus memorias se llevaron a la gran pantalla en la película Unplanned.

Ahora las hermanas capuchinas de un convento de Williamsport, Pensilvania, en Estados Unidos se han unido a ATTWN para escribir las cartas, manuscritas, puesto que no tienen ni ordenadores, ni correo electrónico, ni página web, algo que ven como una oportunidad para evangelizar. 

"Todas las tarjetas se colocan en nuestro altar con el Santísimo Sacramento. Oramos para que nuestro Señor las bendiga y las haga llegar a las manos que lo necesiten".

La campaña, poco a poco, da frutos y una trabajadora de un abortorio ha abandonado su puesto de trabajo al recibir la tarjeta: "todavía la tengo, esta preciosa tarjeta de Navidad. Estaba escrita a mano, y básicamente decía: '¿Estás buscando una salida? Podemos ayudarte a salir de la industria del aborto. Llama a este número'. Le pregunté a una compañera si la carta era real y me dijo que no le prestara atención. Algo me impulsó, sé que era el Espíritu Santo, a meterla en mi bolso y traerla a casa".

Lo vemos cada día en Hispanidad, lo más importante tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca es el giro provida que ha provocado en el país. O tal vez haya que plantearse si no ha sido lo contrario: el giro provida de la sociedad es lo que le ha llevado a ganar las elecciones.